Alicante

Salvar Madrid en menos de una hora. Ese es el objetivo por el que alistarse en Virtual Zone, la compañía alicantina que ha abierto en la plaza de Azca de la capital "la mayor experiencia de realidad virtual del mundo". Y así dejan atrás la que se ha convertido en su ciudad natal el piloto de un plan para expandirse internacionalmente.

La estrategia de crecimiento se basa en la producción propia para poder diferenciarse con más tiempo de juego. En Invasion Madrid aplican la misma política que les ha funcionado tan bien en Alicante: recrean los espacios más conocidos de la ciudad y sitúan a los jugadores en medio de una batalla contra monstruos del espacio exterior.

Enric Costa señala orgulloso los rasgos con los que se diferencian de otras propuestas de realidad virtual. "Somos capaces de diseñar los juegos, estamos en salas de doscientos metros cuadrados y los hacemos a medida de nuestra sala", explica. Si en el centro de su ciudad ya podía presumir de espacio, ahora en la plaza de Azca cuenta con lo que era el antiguo cine Novedades para meter allí Cibeles, el metro y un estadio de fútbol.

Las fantasías que se podían vivir en la pantalla grande, ahora se ajustan a las gafas de sus dispositivos de realidad virtual. Las butacas que antes había desaparecieron y los jugadores tienen seiscientos metros cuadrados para que los sueños se hagan más grandes. "Lo que sentías en Alicante, aquí es el doble", destaca Costa. 

Cibeles, en llamas

Con el juego se pasa de entrar en este antiguo cine junto a la torre Picasso a bajar a la plaza Cibeles y encontrarse con coches en llamas frente al Banco de España, el palacio de Linares y en lo alto del ayuntamiento una pancarta. Del Refugees Welcome se pasa a este distópico 2050 donde allí se lee Aliens Welcome.

En estos primeros días que llevan abiertos, Costa comprueba que se sigue produciendo el mismo efecto entre quienes juegan este nuevo título. Moverse en un entorno conocido sigue impresionando a los jugadores que, en lugar de disfrutar del recientemente reconocido como patrimonio de la Unesco, deben actuar en equipo para protegerse de los ataques de estos violentos monstruos.

Y esta es solo la primera parada de un juego apuesta por mucha acción en una aventura que dura más de 45 minutos. Y ese es un factor que recalca Costa porque sabe que lo habitual en este tipo de salas de realidad virtual es que duren media hora. "Cuando les pedía a los estudios que me alargaran la jugabilidad, me decían que no les era rentable porque tenían más clientes que buscaban títulos nuevos".

Si en Alicante se partía de la céntrica plaza de Luceros para acabar en el castillo de santa Bárbara, en Madrid también han pensado en un emblemático espacio, un moderno estadio de fútbol. "En lo que se ha trabajado es en el modelado de los edificios", explica respecto al título con que debutaron en el desarrollo propio de sus videojuegos.

Más ambicioso

Ahora han aumentado la plantilla a cinco programadores para seguir con el planteamiento de escalar estas aventuras y continuar expandiendo la serie. "Se ha aprovechado una parte muy importante porque el juego es muy parecido en la mecánica y la física, no han sido más de tres meses de trabajo", indica.

Y por eso presume de que "muy pocos estudios en el mundo pueden generar un juego de estas características". Es decir, a medida para salas de gran tamaño y donde cada espacio se va a recorrer en esta aventura "muy ambiciosa".

Costa asegura que la salvación de Madrid no será la única. El año que viene quiere salvar Londres. A sus oídos ha llegado que allí se ha producido una invasión alienígena y su objetivo será reclutar también a los jugadores que quieran combatirlos. 

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