Alicante

Alicante está preparando al perro soldado de las futuras misiones bélicas de España. Ese es el ambicioso reto que se han marcado desde el Mando de Operaciones Especiales en Rabassa. Animales como Panzer, un pastor belga malinois, se entrenan para ser capaces de detectar explosivos y de atacar. Una combinación a la que le añaden que puedan ser autónomos para poder ser lanzados en paracaídas y ser dóciles en el trato. Y todo eso los hace únicos.

Conseguirlo no es fácil. El general Francisco García-Almenta lo cuenta con orgullo durante una reducida demostración de lo conseguido: "Es una unidad con mucha iniciativa y siempre buscamos más cosas para hacer". Por eso el comandante Alfonso Blas explica que eso implica que los adiestradores que están trabajando con estos perros es como si pasaran a tener otro hijo. Uno que han de cuidar y formar intensamente.

Así lo refrenda el propio entrenador, que reconoce risueño que duerme con los dos perros que ya tiene formados. Este día Panzer es la estrella de la exhibición. Su cara negra y su pelaje marrón brillante ya lo hacen muy vistoso. En el campo de entrenamiento del cuartel de Rabassa le toca hoy exhibir a este animal lo aprendido durante los últimos seis meses, más de la mitad de la vida de este cachorro.

Es un trabajo de varias horas al día, continuo, en el que debe demostrar que no se trata de repetir, sino de aprender. Por eso el entrenador recalca que en caso de que el animal cometiera un error solo sería un paso más en su formación.

Las pruebas

El primer reto que presentan es el de detección de explosivos. Un pequeño robot de 32 euros, comprado en Aliexpress, es el que inicia la demostración como punta de lanza del reconocimiento ya que está provisto de una cámara. Como puntualizan, se escoge un modelo muy barato precisamente para que un animal que empieza tan pequeño su entrenamiento no rompa jugando a mordiscos dispositivos de miles de euros.

Panzer es capaz de seguir este robot hasta el coche en el que hay escondidos restos de nitrato de amonio, un componente usado como fertilizante y también para explosivos. Allí, señala por dos veces el lugar en el que se encuentra. Lo hace así, explica su entrenador, para evitar falsos positivos y que el soldado no malinterprete el gesto que pudiera hacer. Tras cada paso de la exitosa demostración su entrenador recompensa al animal con unas bolitas de pienso para reforzar la acción.

El entrenador acompaña al pastor belga malinois a la zona de exhibición.

En el segundo reto lo trasladan al área en la que luego se recreará la intervención en unas viviendas. En este caso lo que se busca es que muestre su capacidad para seguir el puntero láser y comprobar si hay algún tipo de explosivo u otro factor peligroso en las puertas. Una labor que cumple perfectamente y en silencio, para evitar llamar la atención de los posibles enemigos.

La última prueba combina esa deseada combinación de detección y ataque silencioso. Primero, es necesario comprobar que en la vivienda no hay explosivos, luego apoyará al soldado en el ataque al enemigo armado hasta reducirlo y, finalmente, diferenciar a un sospechoso que no va armado que se ha acercado durante el desarrollo de la operación. Y todas estas partes las cumple escrupulosamente Panzer con agilidad y sigilo, siguiendo las órdenes del adiestrador.

'Panzer', equipado con casco y micrófono, ha podido reducir al enemigo armado.

Autónomos

Panzer es la estrella visible de alrededor de una decena de otros pastores belga que están entrenando. El objetivo es que estos perros soldado puedan ir equipados con cascos dotados de micrófono para que puedan seguir las instrucciones de los soldados que les acompañen en la misión. Así consiguen manejar la situación a distancia y sin tener que gritar las órdenes que ya han aprendido. E incluso ser autónomos en el trabajo que se les asigne para que puedan ir en un helicóptero y ser lanzados en paracaídas hasta el lugar indicado.

Cada uno de los entrenadores que están formando a los perros durante este proceso cuenta con dos animales a su cargo. El experimentado, que ya ha cubierto su aprendizaje, y el más cachorro, que lo inicia. De ellos destacan que son muy buenos e inteligentes, pero que necesitan esa constante acción en su día a día.

Un trabajo intenso en el que incluso se piensa ya en sus años de servicio para que pueda contar con calidad de vida en su retirada tras la entrega al ejército. El ejemplo de estos animales, como resume el general García-Almenta, es la demostración de una unidad militar "muy dinámica que quiere ser vanguardia" y responder a ese planteamiento de innovadores en la solución de problemas".

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