Alicante

"En dos horas estamos listos para salir". El general Francisco García-Almenta resume así la preparación con la que sus hombres asumen el trabajo en el Mando de Operaciones Especiales. Situados en Alicante, desde allí han partido en 2021 para cumplir una veintena de maniobras con las que han llegado hasta Irak o Afganistán. Un año después de salir de este último, los MOE destacan el trabajo hecho "como una herramienta versátil, flexible y muy eficaz en la lucha contra el terrorismo internacional".

La élite militar que representan estas unidades cumplirá el año que viene 30 años realizando operaciones en España y el exterior. Pero, como explica el comandante Alfonso Blas, es a partir del año 2000 cuando esta presencia se desarrolla de manera continuada. Ese también fue el año en que se concentraron en Alicante las diferentes unidades de operaciones especiales.

Esta base en el sur de la Comunidad Valenciana es en la que trabaja esta unidad del Ejército de Tierra para ir realizando sus ejercicios. Ya llevan 150 de ellos, 20 solo en el último año. La versatilidad de su despliegue les permite adaptarse a misiones como la que actualmente tienen en Irak y que relevarán entre este mes y el próximo o las dos de seguridad cooperativa que han hecho en Mauritania.

La operación Apoyo a Irak, A/I, de la coalición internacional contra el Dáesh mantiene allí a estos profesionales instruyendo a sus homólogos en unidades contraterroristas y a la policía. Esta representa uno de los tres tipos de misiones que realiza el MOE, detalla Blas, la asistencia militar. Esta puede implicar algo más que entrenar e instruir a las fuerzas especiales de este país.

"Una herramienta muy eficaz"

En la presentación esta semana de las actividades periféricas del Día de las Fuerzas Armadas, Blas ha hecho balance de estos trabajos. "La experiencia en los recientes conflictos en Irak, Afganistán, Libia o la zona del Sahel ha puesto de manifiesto la idoneidad de las unidades de Operaciones Especiales como una herramienta versátil, flexible, de bajo perfil y muy eficaz en la lucha contra el terrorismo internacional en sus múltiples y variadas formas", afirma.

Ya sea acciones directas, reconocimientos o asistencia militar, estas unidades tienen que estar altamente preparadas para partir, como subraya el general Francisco García-Almenta. Es a eso en lo que ahonda Blas al referirse a "ligereza, capacidad inmediata de proyección y despliegue, con autonomía de mínima carga y huella logística". Esto es posible gracias a que "están adiestradas para operar aisladas y alejadas de sus bases".

Las relaciones en la élite

Y cuando estas salen a zonas en conflicto, como destacan con orgullo Blas y sus compañeros, "el prestigio" de las MOE "ante unidades homólogas internacionales hace que sea más fácil relacionarnos en el terreno". Y el reciente ejemplo sobre el que giran los resultados de este trabajo es Afganistán. 

"Cuando ves que son otras personas de operaciones especiales", como explica el comandante Blas sobre este tipo de despliegues internacionales, es cuando se comprueba "que es un mundo en el que trabajas habitualmente y solo tienes que mirar y aparecen caras conocidas". La confianza que aparece con ello es la que "nos permite colaborar más rápido y mejor".

En ese punto inciden en una cuestión, el trabajo permanente de la colaboración internacional. Ese es el que construye los lazos a lo largo de los años, ya sea con los vecinos franceses con los que siempre se está trabajando o con otras unidades de operaciones internacionales, como la americana o la suiza, por citar solo dos de este mismo curso.

Del 1 al 10 de junio eso les llevará al ejercicio Empecinado, que este año pasa a desarrollarse en Burgos y provincias adyacentes. Estas maniobras ponen a prueba esa sintonía con diferentes fuerzas y unidades extranjeras. En julio seguirán en esa línea, pero esta vez en Chinchilla de Monte Aragón, Albacete, donde participarán con otros países de la OTAN en el entrenamiento de tiro en ambiente desértico. O las que hacen en el ambiente del extremo contrario, el frío del Pirineo que les reúne en Winter Warfare 22 con los compañeros de Estados Unidos.

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