El colegio de Alicante donde cursó sus estudios Claudia Arenas vive estos días un auténtico estallido de orgullo colectivo tras la llegada de su antigua alumna a la final de Operación Triunfo.
Desde el centro privado y católico de Ángel de la Guarda, ubicado en Alicante, destacan no solo el talento musical de Claudia, sino también los valores personales que mostró durante toda su etapa escolar, como el esfuerzo, la empatía y la responsabilidad con sus compañeras y profesores.
Si bien ha ganado el concurso Cristina, Claudia ha destacado durante todo el concurso por su indudable talento, que lo ha llevado hasta la final del concurso.
Orgullo y valores
El pasado 2 de diciembre, el colegio publicó en sus redes sociales un emotivo mensaje en el que celebraba que Claudia se haya convertido en finalista del programa y hablaba de "una meta tan alta e importante" alcanzada gracias a su trabajo.
Según el centro, en las aulas Claudia destacó "por su esfuerzo académico, su responsabilidad, su capacidad de superación y una empatía que la hacía cercana a todos".
También la definen como auténtica, alegre, "amiga de sus amigas" y poseedora de "muchas virtudes", cualidades que consideran que hoy España entera está conociendo a través de la televisión.
De las aulas al foco mediático
Claudia, alicantina de 19 años, ya había demostrado que la música era su verdadera vocación antes de llegar a OT: canta desde niña, toca el piano y se ha lanzado a compartir sus temas en TikTok y Spotify.
Actualmente es estudiante de Comunicación Audiovisual y Periodismo en la Universidad Miguel Hernández de Elche, aunque ha dejado claro que está dispuesta a pausar sus estudios para aprovechar la oportunidad que le brinda el concurso.
Influenciada por artistas como Ariana Grande y por clásicos como I Will Survive, ha ido construyendo un perfil artístico que mezcla pop y R&B con una voz versátil y un entusiasmo contagioso.
Trabajo y humildad
Desde el colegio subrayan que el éxito de Claudia es el resultado de la unión entre talento, trabajo constante, humildad y pasión, y que su trayectoria demuestra que "los sueños verdaderamente se hacen realidad" cuando se sostiene esa combinación.
En su mensaje público también quisieron agradecer y reconocer el papel de la familia de Claudia, a la que describen como un apoyo "cariñoso, humilde e incondicional" en todo su camino.
Toda la comunidad educativa se ha volcado en enviarle ánimo para que siga brillando "con esa verdad tan suya" en el escenario, convencidos de que la persona que ven hoy en OT es la misma joven cercana y comprometida que conocieron en los pasillos del colegio.
Seguir creciendo
En Operación Triunfo 2025, Claudia ha dejado claro que quiere aprovechar la academia como un trampolín para aprender a componer mejor, crear su propia música y mejorar también en el baile.
Ella misma ha confesado que está "obsesionada con Operación Triunfo" y que participar en el formato era un sueño compartido con su familia, especialmente con sus tías, seguidoras del programa desde siempre.
Mientras el foco se centra ahora en su evolución como artista, su antiguo colegio la sigue de cerca y la utiliza como ejemplo para su alumnado de que el compromiso diario, la constancia y la empatía pueden llevar tan lejos como un escenario de prime time.
