Alicante
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La provincia de Alicante es un lugar más inseguro de lo que lo era en 2024. La tendencia ascendente de la delincuencia continúa, con un incremento del 4,7 % en los primeros seis meses de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior.

En total se registraron 53.330 infracciones penales, según los datos del Ministerio del Interior. El aumento afecta tanto a la criminalidad convencional (+3,7 %) como a la cibercriminalidad (+9,5 %).

Pese a estos malos números, destaca el descenso en los homicidios consumados, que se redujeron a cinco casos, un 37,5 % menos.

Sin embargo, este dato se verá alterado en el próximo balance trimestral, cuando se incorporen los sucesos mortales ocurridos recientemente en la provincia, como el asesinato a tiros de un capo de la mafia turca en Torrevieja, el atropello en la partida rural de El Moralet o la muerte de un hombre en una discoteca de Santa Pola tras una discusión.

Al contrario, los intentos de homicidio sí que aumentaron un 10 % hasta los 34 casos. También los secuestros marcaron un repunte poco frecuente, con cinco casos, un 150 % más que en 2024.

En el ámbito de la violencia sexual, el crecimiento se concentra en las agresiones con penetración (131 casos, +12 %), mientras que el resto de delitos sexuales apenas subió un 1 %.

Los robos con violencia e intimidación superaron el millar (1.094 casos, +9 %) en apenas medio año, y los robos en domicilios alcanzaron los 2.960, con un alza del 10,8 %.

Los hurtos siguen siendo el delito estrella y superan las 13.000 denuncias en seis meses, lo que supone un crecimiento cercano al 5 %.

La nota positiva la aportan los delitos de sustracción de vehículos, que descendieron un 2,3 %, y los de tráfico de drogas, que bajaron un 3,7 % en el conjunto de la provincia.

Cibercriminalidad disparada

Si la delincuencia convencional crece, la que se oculta tras las pantallas lo hace a al triple de velocidad (9,5 %).

En el primer semestre se contabilizaron 9.676 ciberdelitos, lo que equivale a que 53 alicantinos sean víctimas cada día de este fenómeno invisible, que ya supone casi dos de cada diez infracciones penales en la provincia.

Las estafas informáticas concentraron el grueso de los casos, con 8.117 denuncias y un aumento del 5,6 %.

Sin embargo, el mayor crecimiento corresponde al apartado de otros ciberdelitos (robo de identidad, instalación de virus, ciberacoso, fraude, entre otros), que se dispararon un 35,3 %, una de las subidas más acusadas del año en una tipología especialmente difícil de rastrear para las autoridades.