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El sindicato ACAIP-UGT ha denunciado un nuevo episodio de violencia contra el personal penitenciario en el Centro Penitenciario de Fontcalent, que se suma, según afirman, a una larga lista de agresiones, amenazas y vejaciones sufridas por los trabajadores de prisiones.

Los hechos ocurrieron este 14 de agosto de 2025, durante el turno de mañana, cuando un funcionario tuvo que intervenir en el departamento de Ingresos para separar a dos internos que se agredían entre sí.

En el momento de abrir la celda, uno de ellos golpeó por sorpresa al trabajador, que actuaba para garantizar la seguridad y la integridad física de ambos reclusos. El funcionario tuvo que recibir atención médica en el servicio de Urgencias hospitalarias.

De acuerdo con ACAIP-UGT, la sensación de impunidad entre la población reclusa aumenta debido a la “laxitud del sistema penitenciario” y a la dificultad para hacer cumplir las sanciones disciplinarias, que requieren el aval de un médico penitenciario, figura cuya escasez califican de “insostenible”.

También critican la falta de reconocimiento legal de los funcionarios como agentes de autoridad, lo que —aseguran— debilita su protección jurídica.

El sindicato ha señalado igualmente que el Procedimiento Específico de Actuación Frente a las Agresiones (PEAFA), diseñado para proteger la indemnidad y dignidad de los trabajadores, se ha convertido en la práctica en “un método de coacción y criminalización” contra las propias víctimas.

A ello suman la insuficiente formación en intervención y defensa personal, así como la falta de personal, que en ocasiones obliga a un solo trabajador a hacerse cargo de un departamento entero o incluso de dos, con ratios que pueden alcanzar 1 funcionario por cada 100 internos.

Ante esta situación, ACAIP-UGT reclama medidas “contundentes”, como el traslado inmediato del agresor y la aplicación del régimen de primer grado, reservado a internos peligrosos o conflictivos. Asimismo, han expresado su apoyo y reconocimiento al funcionario agredido, destacando su profesionalidad y su actuación para proteger a un interno que, finalmente, fue quien lo atacó.