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El Ayuntamiento de El Albir ha puesto en valor su emblemático faro gracias a políticas de recuperación y revalorización del patrimonio histórico y cultural, tal como apunta el alcalde Vicente Arques.

A través de un documental municipal se narra su historia y se destaca su modelo pionero de uso compartido: la linterna sigue funcionando como señal marítima bajo gestión de la Autoridad Portuaria de Alicante, mientras el resto del edificio se dedica a actividades culturales y divulgativas.

El Faro de l’Albir fue inaugurado el 30 de abril de 1863, siguiendo el proyecto del ingeniero Antonio Molina. Está ubicado en el extremo norte del Parque Natural de la Serra Gelada, sobre las ruinas de la antigua Torre Bombarda, una torre vigía del siglo XVI que sirvió para defender la costa de piratas y contrabandistas.

Antes de la automatización, el faro estuvo habitado por dos familias de fareros hasta principios de los años 60, cuando los avances técnicos permitieron mecanizar su funcionamiento y prescindir de la presencia permanente de un técnico.

En 2011, tras años de abandono, el edificio fue completamente rehabilitado por el Ayuntamiento y convertido en Centro de Interpretación; allí se celebra la cultura marinera local, el medio ambiente del parque y se organizan exposiciones, charlas y eventos para toda la comunidad.

El acceso al faro, antes un sinuoso y complicado sendero, fue mejorado con la construcción de una carretera asfaltada en la década de los 60, facilitando cada año la visita de miles de personas.

Hoy, el Faro de l’Albir es un símbolo tanto del municipio como de la provincia, y representa un modelo de integración entre patrimonio histórico, turismo sostenible y divulgación cultural que ha inspirado a otras localidades.