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La ola de calor parece no llegar a su fin en Alicante. Unas altas temperaturas que, si bien los afortunados que trabajan con aire acondicionado pueden no percibir, sí afecta a aquellas personas que trabajan al aire libre durante las horas más intensas del día.

Unas horas de mucho sol que puede llegar a ser insoportables si se suman al esfuerzo que requieren algunos trabajos, como camareros, albañiles, transportistas, así como cualquier persona que trabaja en exteriores y no dispone de la suerte de contar con aire acondicionado en una oficina.

Cada año, muchas personas llegan incluso a perder la vida como consecuencia del calor, siendo el caso más reciente el de una trabajadora de Barcelona.

Uno de los datos más sombríos de Alicante tiene que ver precisamente con el sol. La provincia es la segunda más afectada por el impacto mortal del calor en la última década, con 1.300 víctimas a causa de las altas temperaturas.

En agosto de 2024, ya se contabilizaban 161 muertes atribuidas a estas causas en la provincia, una cifra alarmante que se suma a su oscuro historial.

En una calle céntrica de Alicante, Juan, 45 años, se encuentra trabajando en una obra. Si bien disfruta de un pequeño rincón de sombra, gran parte de dicha obra se encuentra expuesta al sol.

Ante esta situación que provoca sofocos nada más mirarlo trabajar, asegura a este periódico "nunca" haber pasado tanto calor.

"Soy autónomo así que al menos no tengo a un jefe que me imponga horarios, pero igualmente tengo que trabajar muchas horas, incluso cuando hace mucho sol, porque sino no me da", asegura a EL ESPAÑOL.

Para combatir el calor, además de llevar la imprescindible gorra, asegura beber "mucha agua" y "parar" cuando su cuerpo se lo pide.

"En general lo llevo bien porque ya me he acostumbrado, pero alguna vez he sentido que me iba a desmayar", se sincera.

En la Rambla Méndez Núñez, Juan Antonio, 55 años, trabaja como transportista de bebidas para los restaurantes de la zona. A la 13 de la tarde, se encuentra cargando cajas que pesan varios kilos.

Al ser preguntado por el calor, este asegura estar "acostumbrado": "Llevo muchos años trabajando y estoy acostumbrado al calor, pero siempre llevo varias botellas de agua fresca en el camión para prevenir cualquier desmayo", asegura.

"No me quejo, pero sí que es verdad que a estas horas el sol pega muy fuerte y hay personas más sensibles que sí pueden sufrir las consecuencias del calor intenso", añade.

Para combatir el calor, lo tiene claro "Mucha agua, sombra y sudar todo lo que se puede", añade entre risas.