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Hace un año y medio, Adrián y Tatiana Hernández Suárez dejaron su Kiev natal para comenzar una nueva aventura en Torrevieja, motivados por el deseo de encontrar un futuro más seguro y prometedor.

La decisión no fue impulsiva. La pareja ya llevaba tiempo contemplando un cambio de vida, y la provincia de Alicante les robó el corazón. Además, observaron cómo muchos compatriotas ucranianos elegían Torrevieja para empezar de nuevo, lejos de las consecuencias de la guerra.

"Entrábamos a TikTok y el algoritmo nos mostraba constantemente videos de ucranianos en Torrevieja", cuenta Adrián entre risas y en un castellano casi perfecto.

De hecho, su deseo de mudarse a España venía de lejos. "Hace ocho años ya queríamos dar este paso, y finalmente lo conseguimos hace un año y medio", explica Tatiana.

Desde su llegada, han encontrado en Torrevieja un hogar acogedor. "Nos encanta vivir aquí. Hay muchos ucranianos y nos sentimos como en casa. Además, los españoles son muy simpáticos, siempre están de buen humor", añade ella con una sonrisa.

La pareja también destaca la riqueza multicultural del municipio. Adrián, de ascendencia cubana y española, pues su bisabuelo era español, y su abuelo, nacido en Cuba, emigró a Ucrania, valora especialmente esta diversidad. "En Torrevieja conviven muchas nacionalidades y desde el primer momento nos sentimos muy bien recibidos", afirman.

Un sueño hecho realidad

Después de meses de trámites y papeleo, Adrián logró abrir su propia barbería hace cuatro meses. Para él, es mucho más que un negocio: "Es un sueño hecho realidad", asegura.

El local, ubicado en el número 116 de la calle Ramón Gallud de Torrevieja, ofrece todo tipo de servicios para el cuidado masculino. "Quise traer a España la tradición ucraniana de ofrecer un servicio excepcional de peluquería y barbería", afirma Adrián.

Así nació Tsirulnik, un verdadero santuario del cuidado personal, donde los clientes pueden relajarse y disfrutar de la experiencia de la mano del profesionalismo de un equipo comprometido.

Aunque el negocio tiene poco tiempo, ya cuenta con siete barberos profesionales, todos ucranianos. "Les pido que aprendan español, porque queremos atraer a todo tipo de clientes", explica.

Más que una barbería

Adrián comenta que muchos españoles se acercan al local por curiosidad. "Nos preguntan qué hacemos exactamente", dice entre risas.

Una curiosidad que se convierte en fidelidad tras vivir la experiencia Tsirulnik, pues basta con leer las reseñas en Google para comprobar la satisfacción de los clientes.

"Experiencia" es precisamente la palabra que define este espacio. "Siempre ofrecemos café, té o un whisky a nuestros clientes mientras esperan. También tenemos una zona de relax con consola de videojuegos", detalla Adrián.

En este sentido, Adrián enfatiza en lo importante que es para él que sus clientes se sientan como "reyes", gracias a una higiene impecable de sus productos, así como de la presencia de accesorios de última generación como un calentador de toallas o un sillón de masajes.

Un negocio que Adrián asegura que no podría haber sacado adelante de no ser por la gran ayuda y el apoyo incondicional de su mujer Tatiana. "Somos un gran equipo".