Alicante

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha impuesto cinco años y medio de prisión a un hombre tras declarar probado que abusó sexualmente de forma continuada de su hija menor de edad durante varios años.

La sentencia recoge que el progenitor sometió a la víctima a tocamientos de forma sistemática, “prácticamente a diario”, en la vivienda familiar desde 2008 hasta octubre de 2014, cuando ella tenía entre seis y 12 años de edad. 

La menor reveló los hechos al ser plenamente consciente de ellos una vez que alcanzó la pubertad y después de que sufriera ataques de ansiedad por los que tuvo que ser hospitalizada en dos ocasiones. 

Un vídeo de educación sexual

Según recoge el fallo en el relato de los hechos, el padre por las noches, después de cenar y antes de irse a dormir, tocaba a la menor "ahí abajo”, aprovechando los momentos en que su madre o sus hermanos no estaban presentes.

Pasaba muchas veces en las épocas en que su padre estaba en casa, mientras que cuando el progenitor estaba trabajando fuera sucedía los fines de semana, casi siempre ocurría por la nocha. "Ella lo percibía como una rutina, no sabía que estaba mal, pero estaba tensa", señala el fallo.

De hecho, dice que "comenzó a darse cuenta de que no era normal cuando, en sexto de Primaria, le pusieron en el colegio vídeos sobre violencia de género y educación sexual".

En primer lugar le contó lo sucedido a una amiga más mayor y esta le dijo que "era un tema bastante serio y que se lo tenía que contar a algún adulto de confianza". Poco después empezó con los ataques de ansiedad, y la menor explicó a los médicos que se debían a la agresividad de su padre, "pero no contó los tocamientos por miedo".

Finalmente, se lo acabó diciendo a su madre debido a que la situación le estaba creando "mucha ansiedad" y le afectaba en el instituto al que acudía.

La sentencia

El tribunal considera que el relato de la menor, junto con las pruebas practicadas por los médicos que la han atendido, es verosimil, y condena por tanto al acusado como autor de un delito continuado de abuso sexual a menor de 13 años y le impone, además de cinco años y medio de prisión, seis años de libertad vigilada. 

La sentencia también prohíbe al penado aproximarse a menos de 300 metros y comunicarse con la víctima durante diez años y le obliga a indemnizar a su hija con 15.000 euros por los perjuicios ocasionados. 

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