Alicante

La Audiencia de Alicante ha condenado a ocho años de prisión a un hombre de origen ruso por un delito de homicidio en grado de tentativa al intentar matar a su mujer, de la misma nacionalidad, después de que ella iniciase los trámites de divorcio y a pesar de que el acusado tenía una orden de alejamiento sobre la víctima.



El suceso se produjo en torno a las 14.45 horas del 30 de abril de 2019 en una urbanización de la zona de costa del municipio alicantino de Orihuela.



El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Alicante que enjuició los hechos considera probado que el acusado, de 56 años, incumplió la orden de alejamiento que pesaba contra él, dictada por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Torrevieja, y se dirigió hasta la urbanización en la que su esposa había estacionado su furgoneta.



La sentencia relata que, al aproximarse hasta su mujer, el procesado la cogió por sorpresa y aprovechó para introducirse con ella en el vehículo, sentándose en el asiento del copiloto.



Una vez en el interior de la furgoneta le pidió a su esposa que condujera hasta un lugar más alejado. Cuando pararon, en una calle menos transitada, el acusado trató de convencerla para que retirara la denuncia por presuntos malos tratos que había presentado contra él. Ella se negó, lo que dio pie al inicio de una discusión sobre el proceso de divorcio.



En ese momento, el acusado -que portaba unos guantes de látex "a fin de no dejar huellas", según el fallo- le propinó un golpe en el cuello a su mujer. Y, a continuación, le clavó un punzón metálico que portaba en la zona del pecho.



Su esposa trató de defenderse de la agresión, por lo que ambos iniciaron un forcejeo en el que el acusado le causó varias heridas en múltiples partes del cuerpo a su mujer.



La víctima de la agresión trató de salir del vehículo y darse a la fuga, pero el acusado la siguió y la cogió por el pelo para golpearla contra la pared.



No obstante, un hombre que se encontraba en las inmediaciones acudió en auxilio de la mujer, lo que provocó que el procesado abandonase el lugar de la agresión.

Dos agravantes

La sentencia concluye que el acusado incurrió en un delito de homicidio en grado de tentativa con la agravante de parentesco, además de otro de quebrantamiento de medida cautelar.



Lo hace tras evaluar las declaraciones del acusado, de la víctima, de la madre del acusado y de los agentes de la Guardia Civil que inspeccionaron el vehículo y que se entrevistaron con el personal médico que atendió a la mujer después de la agresión.



Los magistrados también aluden a las apreciaciones recogidas en el informe pericial del médico forense sobre las lesiones causadas a la víctima.



El acusado negó los hechos durante su declaración en el juicio y aseguró que fue su esposa quien sacó un objeto punzante parecido a un bolígrafo con el que ella misma comenzó a autolesionarse.



Además explicó que fue a su encuentro pese a disponer de una orden de alejamiento porque ella le había dicho que tenían que verse para hablar sobre cuestiones relacionadas con sus hijos.



No obstante, el tribunal no da crédito a su relato tras considerar el testimonio de la propia víctima que estima "creíble, persistente en la incriminación sobre la autoría y forma de la agresión y ausente de dudas sobre la veracidad de lo que cuenta".



También subraya que esa versión queda corroborada con otras pruebas como la naturaleza de las heridas sufridas en manos y brazos mientras intentaba defenderse de las puñaladas de su marido.



Así, al margen de los ocho años de privación de libertad, el tribunal impone al acusado la prohibición de acercarse a la víctima durante 14 años adicionales y el pago de una indemnización de más de 42.000 euros por los daños físicos y psicológicos infligidos. 

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