Tim Faulkner nos presenta a Behemoth.

Tim Faulkner nos presenta a Behemoth. The Australian Reptile Park

La Jungla / Social

La gran aventura de Behemoth, la araña más grande de Australia

En la Jungla. Esta gigante entre las gigantes acabó entre las amistosas manos de cazadores de arañas por una buena causa.

26 febrero, 2017 10:16

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Si vives en Australia y trabajas en una reserva natural, puedes decir sin miedo que has visto de todo. Cangrejos gigantescos con fuerza en las pinzas como para abrir un coco. Adorables peluches con zarpas afiladas capaces de destripar a un hombre. Lagartos venenosos. Y arañas, de toda condición, color y tamaño. Y en esa escalofriante escala destaca la araña cangrejo gigante, huntman spider o "araña cazadora" para los australianos.

¿Hay algo peor que una araña gigante? Sí, una araña gigante velocísima y capaz de dar grandes saltos, que es de donde saca su nombre: en lugar de tejer telas, persiguen y cazan a sus presas. Su veneno es capaz de acabar con pequeños reptiles tales como lagartijas, pero es inofensivo para un ser humano saludable. No es infrecuente verlas aparecer en los hogares australianos, y la recomendación es dejarlas estar, ya que acabarán con los insectos sin molestarnos. De lo contrario...

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Pero la naturaleza es capaz de sorprender incluso al más montaraz. Es lo que le sucedió a Tim Faulkner, del Australian Reptile Park, cuando le llevaron a Behemoth. Era grande, tan grande, según comprobaron con una ilustración, como la theraphosidae, la tarántula sudamericana devoradora de pájaros. La página de Facebook del parque ilustraba la diferencia de tamaño con un ejemplar común de la misma especie.

¿Cómo llegó Behemoth a manos de Faulkner? El parque realiza una importante función, que es la de ordeñar veneno de otra especie de araña, la atracinae, que en Australia conocen por sus redes en forma de embudo. Es mucho más pequeña que la especie cazadora, pero su picadura es letal: puede matar a un niño en 15 minutos. Existe un antídoto, afortunadamente, pero para sintetizarlo es preciso el veneno, y para ello, ejemplares de araña, que Faulkner enseña a los voluntarios a capturar con seguridad.

El verano austral coincide con el pico de actividad de las arañas y las cacerías de ejemplares. La buena de Behemoth terminó cayendo en una de estas redadas y fue transportada al parque, donde Faulkner la ha exhibido orgulloso con sus propias manos para demostrar que, pese a su tamaño y velocidad, no hay nada que temer. Eso sí, con por lo menos una regla escolar entre su nueva amiga y sus dedos.

La aventura de Behemoth termina donde empezó, en la espesura: después de tenerla en el parque, ha sido liberada de vuelta en la naturaleza. Puede presumir así de reinado indiscutible ya que su competidora, otra descomunal araña cazadora que la adelantó en viralidad hace unos meses, sigue recluida en una reserva de Queensland.