Miguel Ángel Borja, del Atlético Nacional, celebra un gol.

Miguel Ángel Borja, del Atlético Nacional, celebra un gol. Nacho Doce Reuters

Fútbol Internacional

La final inesperada de la Copa Libertadores

El duelo entre Atlético Nacional e Independiente del Valle es el primero por el título que no mide a equipos argentinos o brasileños en los últimos 25 años.

18 julio, 2016 00:32

Noticias relacionadas

Más o menos cada cuatro o cinco temporadas surge desde las profundidades de América Latina uno de esos equipos que, con poco pasado, poco futuro y tres o cuatro capitanes generales, se queda a vivir en los libros de historia. Sólo un pequeño ramillete de elegidos ha roto las reglas argentinas y brasileñas en los últimos 25 años. La competencia es bárbara.

Desde que Atlético Nacional, flamante finalista de nuevo este año, ganara su única Copa Libertadores en 1989 –con René Higuita, Andrés Escobar, Leonel Álvarez y el Palomo Usuriaga–, sólo en cinco ocasiones más de las últimas 26 se ha diluido el dominio de las dos grandes naciones del fútbol sudamericano.

Lo consiguieron Olimpia en 1990, Colo-Colo en 1991, Olimpia de nuevo en 2002, Once Caldas en 2004 y Liga de Quito en 2008. Estuvieron muy cerca escuadras como Universidad Católica, América de Cali, Sporting Cristal, Barcelona de Guayaquil, Deportivo Cali, Cruz Azul, São Caetano, Atlético Paranaense, Guadalajara, Nacional de Paraguay y Tigres. Esta vez el honor vuelve a Ecuador con Independiente del Valle, el otro dignísimo finalista.

Además, Atlético Nacional e Independiente del Valle, cada uno con sus armas, han conseguido tras doce partidos la hazaña de cerrar el paso a la final de Libertadores a equipos argentinos o brasileños, hecho que no sucedía desde 1991 –Colo-Colo vs Olimpia–. Los colombianos han dejado atrás a Peñarol y Sporting Cristal –en fase de grupos–, y a Huracán, Rosario Central y São Paulo en las eliminatorias directas. Los ecuatorianos eliminaron a Colo-Colo y Melgar –en fase de grupos–, y a River Plate, Pumas y Boca Juniors en playoffs.

La campanada de Independiente en La Bombonera.

La campanada de Independiente en La Bombonera. Reuters

De las estrellas de Atlético Nacional de Reinaldo Rueda se ha escrito ya mucho durante todo el año y se han llenado programas de radio. Su lujoso arsenal se puede sintetizar empezando por la retaguardia con Davinson Sánchez, continuando con Sebastián Pérez como pivote, hasta llegar al área de creación con el venezolano Lobo Guerra, Marlos Moreno, Macnely Torres y Orlando Berrío.

Todo lo que sufrieron en octavos de final y en cuartos de final en Argentina, frente a Huracán y a Rosario Central respectivamente, lo disfrutaron en semifinales ante el São Paulo del Patón Bauza, que no ha podido contar con Ganso pero que llegaba con ganas de luchar con un bloque comandado por Jonathan Calleri, Michel Bastos, Eugenio Mena y Ricardo Centurión.

La explicación a la tranquilidad tiene nombre y apellidos: Miguel Ángel Borja, su nuevo delantero, incorporado desde el humilde Cortuluá, donde se hinchó a meter goles durante el último campeonato colombiano. Borja, nada más aterrizar en el equipo, y con una puntería fina donde las haya, firmó los cuatro goles que Atlético Nacional le endosó a São Paulo en la semifinal –dos en la ida y dos en la vuelta–.

Con este registro, entra a formar parte del curioso grupo –ahora trío– de jugadores que han podido anotar cuatro goles en semifinales de Copa Libertadores: Pelé, con el Santos ante Botafogo en 1963, y el Palomo Usuriaga, precisamente con Atlético Nacional frente a Danubio en 1989. Buenas vibraciones en Medellín, que ha llegado a la final con nueve victorias, dos empates, una sola derrota, 23 goles a favor y sólo 5 en contra.

El milagro de Independiente del Valle, dirigido por el uruguayo Pablo Repetto, se basa en un espíritu de grupo insuperable y una serie de jugadores que el técnico se llevaría siempre a cualquier guerra. Les ha costado sangre, sudor y lágrimas, han tenido que derribar a los dos grandes clubes argentinos, pero han llegado a la cima. Sus números hablan de siete victorias, dos empates y tres derrotas, con 17 goles a favor y 11 en contra.

El guardameta, Librado Azcona –32 años–, ha estado presente en alguna convocatoria de la selección ecuatoriana, pero no se ha visto en una misión como estas en toda su carrera. Un gran porcentaje de este éxito universal de su equipo hay que apuntárselo a él y a sus manos prodigiosas.

En el centro de la defensa manda y sube al ataque con potencia Arturo Mina –25 años–, que ya ha disputado importantes partidos con la selección tanto en las Eliminatorias Conmebol como en la Copa América. En la punta de ataque, completamente desatados, galopan Bryan Cabezas –19 años–, José el Tim Angulo –21 años–, Junior Sornoza –22 años– y Julio Angulo –26 años–, bien asistidos por el uruguayo Mario Rizotto –31 años–.

Atlético Nacional celebra el pase a la final.

Atlético Nacional celebra el pase a la final. John Vizcaíno Reuters

Todos los aficionados al fútbol recordarán durante un buen tiempo a este quinteto, sin duda, levanten o no el trofeo. Remontaron a Boca Juniors los dos encuentros. Tanto en la ida como en la vuelta de las semifinales comenzaron perdiendo 1-0, pero fuerza les sobra.

El choque de ida de la inesperada final entre Atlético Nacional e Independiente del Valle se disputará en Quito el miércoles 20 de julio a las 19:45h –hora local, 02:45 de la madrugada del miércoles al jueves hora española–, y el partido de vuelta está programado para la semana siguiente, miércoles 27 de julio, mismo horario, en Medellín. El nuevo campeón de la Copa Libertadores, aquel que retará al Real Madrid en el Mundialito de Japón, saldrá del Estadio Atanasio Girardot.