Javier Romo, .en una escapada en la pasada Itzulia.

Javier Romo, .en una escapada en la pasada Itzulia. ASTANA

Ciclismo ANTIDOPAJE

Los 'vampiros' de la UCI asaltan al español Javier Romo mientras estaba ingresado en el hospital

El ciclista del conjunto Astana había perdido mucha sangre pero aún así se personaron en el centro hospitalario para realizarle un control antidopaje.

11 abril, 2023 02:15

La pelea de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) contra las trampas de los ciclistas es evidente. Seguramente, el ciclismo sea uno de los deportes que más control ejerce sobre sus protagonistas. Los deportistas tienen que estar en todo momento localizables por si son requeridos para un control antidopaje y eso les hace incluso perder su privacidad en ciertas ocasiones.

Estas normas afectan a sus viajes, sus movimientos y hasta a sus vidas privadas, porque nadie está exento de ser llamado en cualquier día del año y a cualquier hora para tomar una muestra de su organismo. Son habituales los 'asaltos' a altas horas de la madrugada que siguen levantando las quejas de los afectados, pero no por ello se han dejado de llevar a cabo estas prácticas.

El último perjudicado por estas dudosas artes ha sido un ciclista español. Se trata de Javier Romo, el prometedor corredor del Astana que está viviendo su tercera temporada como ciclista profesional en las filas del conjunto kazajo. Natural de Villafranca de los Caballeros, una localidad de Toledo, fue acometido de manera inexplicable mientras estaba ingresado en el hospital, en un delicado estado de salud, para realizarle un test antidopaje.

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Los emisarios de la UCI, tras no encontrarle en su lugar habitual de localización, se personaron en el hospital en el que estaba ingresado y le realizaron una extracción de sangre. El episodio resulta especialmente llamativo, ya que personal ajeno al del hospital practicó con un paciente del centro en su afán de recoger una muestra para el test antidopaje, tal y como desveló el periodista Carlos de Andrés en una retransmisión en Teledeporte.

Una hemorragia

Javier Romo tuvo que abandonar la pasada Itzulia antes de tiempo. Esta Vuelta al País Vasco se celebró entre el 3 y el 8 de abril y contó con un recorrido de 6 etapas que dejaron al danés Jonas Vingegaard como el gran campeón. El español tomó la salida con normalidad el primer día pero en la tercera etapa se vio obligado a abandonar la carrera.

El corredor del Astana estaba siendo protagonista y se había dejado ver en las fugas, pero una fuerte hemorragia en la nariz hizo que fuera trasladado al Hospital de Gipuzkoa para ser atendido. Era el segundo revés consecutivo para el ciclista en la Itzulia, ya que el año anterior también había tenido que abandonar como consecuencia de una dura caída que le provocó una herida en la cabeza.

Romo explicó que "una intensa epistaxis" le había obligado a poner pie a tierra. "Pensando en recuperarme de la pérdida de sangre y volver lo antes posible. Gracias por los ánimos", explicó, poniendo su meta ya en la inmediata vuelta a las carreteras. 

Unas horas después, Javier Romo recibió el alta y pudo marcharse del Hospital de Gipuzkoa, pero ahí no iba a terminar su odisea. Parecía que se había recuperado, pero entonces este episodio volvió a reproducirse y, de vuelta a casa, tuvo que volver a ser ingresado de urgencia. El ciclista había perdido mucha sangre y desde el equipo afirmaban que su estado de salud era delicado pese a no ser grave, así que debía guardar reposo y someterse a más pruebas.

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"Una fractura en el maxilar y una perforación con pérdida de líquido cefalorraquídeo provocado por el taponamiento nasal de la segunda foto me tendrá un tiempo apartado de la bici", dijo el ciclista también a través de sus redes sociales desde el hospital.

Llegan los 'vampiros'

La UCI realiza cientos de controles antidopaje a lo largo de cada temporada y, quizás cosas del azar, a Javier Romo le tocó mientras estaba ingresado en el hospital. Los enviados por la Unión Ciclista Internacional para realizar este test se encontraron con que el ciclista español no estaba en su lugar de localización habitual.

Romo estaba en el complejo hospitalario, así que hasta allí se desplazaron para seguir con el plan de realizar este control antidopaje. El ciclista del conjunto Astana no se encontraba precisamente en las mejores condiciones y, de hecho, había perdido una cantidad considerable de sangre que le dejaba en un estado de salud cuanto menos delicado. 

Los enviados por la UCI consideraron que, aunque Javier Romo estaba en la cama convaleciente, esto no era obstáculo alguno para seguir adelante con su misión. Por eso, siguieron en sus trece y se salieron con la suya, terminaron por hacerle el control antidopaje al corredor manchego. 

Lo más llamativo de todo fue que llegaron a tratar a un paciente del hospital, en pleno centro sanitario, sin ser médicos autorizados por este complejo, siendo personas ajenas que manipularon el cuerpo del paciente. Estas prácticas vuelven a poner de relieve dónde está el límite y hasta qué punto los deportistas deben seguir prestándose a este tipo de artimañas con tal de pasar un control antidopaje.

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Javier Romo trata de seguir con su recuperación para volver a montar en la bicicleta lo antes posible. Su temporada estaba siendo buena, ya que se había dejado ver en carreras como el UAE Tour, la París Niza o recientemente en la Itzulia, y a sus 24 años todavía tiene mucho margen de mejora.