Homo Erectus, la 'viagra' que Sánchez Dragó ha puesto en el mercado

Homo Erectus, la 'viagra' que Sánchez Dragó ha puesto en el mercado

Famosos AFRODISÍACO NATURAL

Sánchez Dragó saca al mercado su propio 'viagra' bajo el nombre de Homo Erectus

El escritor va a comercializar unas pastillas para la actividad sexual creadas por él mismo. Son blancas, de composición natural y, según revela a este medio, el secreto de su "excelente" vida sexual.

18 abril, 2017 02:38

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Fernando Sánchez Dragó (80 años) tiene los índices de testosterona como los de un chaval de 30 años. Así lo reconoce en conversación con EL ESPAÑOL. Y es que nos ponemos en contacto con él porque este medio ha podido saber que va a comercializar unas pastillas que son el secreto de su "alta actividad sexual".

El escritor, siempre que se le pregunta, presume de tener una gran vida sexual. “Nunca había hecho el amor más veces ni durante más tiempo ni mejor que como lo hace ahora", ha declarado recientemente. Y es que Dragó ha revelado a este medio que "tengo los índices de testosterona de un chaval sano de 30 años". ¿El secreto? Un botecito de pastillas mágicas.

Frente a las populares pastillas azules, Dragó va a comenzar a comercializar unas blancas con una composición más natural”, asegura a este medio. Por un bote de 37 euros, tendrás pastillas para un mes, que requiere una dosis diaria de dos pastillas a la hora de la comida. Estas pastillas sexuales forman parte de lo que él denomina “su elixir” y está a la venta desde este martes.

El escritor Fernando Sánchez Dragó con su mujer Naoko y su hijo, Akela.

El escritor Fernando Sánchez Dragó con su mujer Naoko y su hijo, Akela. Gtres

"Tomo el elixir desde hace décadas. Llegué al extremo de ingerir 70 pastillas al día. Para viajar necesitaba el baúl de la Piquer, imagínate, porque si me iba de vacaciones un mes, necesitaba transportar 2.000 pastillas. Temía que en algún aeropuerto me pararan y me preguntaran por ellas, porque creerían que soy un narcotraficante de altura. Y ponte tú a explicar lo que son las pastillas de cada color, antes de explicarlo me hubiera tirado tres meses en la sombra", explica Dragó.

En su momento comercializó ese mágico mágico elixir en una versión más 'llevadera'. Se trataba de un pack de ocho botes en los que se ponía atención desde la salud mental, la cardiovascular hasta el metabolismo, pero faltaba alguna solución relacionada con el ámbito sexual.

"Soy muy conocido por mis búsquedas, y mis inquietudes en este terreno del mens sana in corpore sano y hace pocos meses charlando con un amigo griego, me habló de un afrodisíaco natural, que se basa en una planta que crece silvestre en todo el mediterráneo y esa es la clave de este nuevo elixir para el sexo", explica a este medio. Esa exótica planta se llama Fenugreco y varios estudios han demostrado que es capaz de duplicar los niveles de testosterona, por lo que incrementa el deseo sexual y favorece la erección en varones.

Fernando Sánchez Dragó firmando libros en 2009.

Fernando Sánchez Dragó firmando libros en 2009. GTRES

"El grupo de personas que se ha sometido a control ha tenido grandes avances: los que tenían una erección por semana han pasado a tener entre dos y tres; y quienes mantenían uno o dos coitos al mes, ahora tienen cuatro", cuenta Dragó sobre los efectos de su producto. Algo que el escritor ya ha probado en sus propias carnes a lo largo de dos meses.

Dragó confiesa que las palabras 'disfunción erectil' le causan auténtico rechazo: "Me repatea utilizar el término disfunción erectil cuando es 'impotencia' de toda la vida". Algo que él no conoce porque su nivel de testosterona no le permite perder el apetito sexual.

Dragó ejerciendo de arenero en su otra pasión, los toros.

Dragó ejerciendo de arenero en su otra pasión, los toros. GTRES

"Si hay que tomar sustancias prohibidas, yo las tomo, soy una cobaya humana", insiste el escritor. Y es que sus revisiones continuas -se hace test de sangre cada tres meses- confirman que está como un toro y que su lucha contra el envejecimiento físico y mental está siendo todo un éxito a sus 80 años de edad. Aunque, como advierte en su último libro: "Las pastillas ayudan. Los genes, supongo, también. Pero de poco servirá todo eso si no cuida lo más importante: tener la conciencia tranquila. Se lo aseguro. Remedio infalible".