La mortalidad del virus podría ser elevada tanto en las skuas como en los pingüinos.

La mortalidad del virus podría ser elevada tanto en las skuas como en los pingüinos. Diseño: Pablo García Santos

Investigación

"Estamos tristes": la cruel paradoja de los españoles que han descubierto gripe aviar en la Antártida

Los virólogos españoles Antonio Alcamí y Ángela Vázquez sospechan que el virus tendrá un gran impacto en toda la fauna del continente.

28 febrero, 2024 02:39

"Intenso". Así es como describen los virólogos Antonio Alcamí y Ángela Vázquez el momento en el que confirmaron la presencia del virus de la gripe aviar altamente patogénica en la Antártida. "Supone una gran satisfacción por haberlo conseguido y encima ser los primeros", presumen.

No obstante, la confirmación también puede ser el comienzo de un desastre: "Estamos tristes por la posible repercusión que tendrá en la fauna, dado que venimos de ver el fuerte impacto que ha tenido en América del Sur", explican los científicos a EL ESPAÑOL. Prevén que la mortalidad será elevada, alcanzando al 30% de las skuas (también conocidas como págalos), la primera especie de la Antártida en la que se ha confirmado el virus.

El hallazgo se produjo el pasado 24 de febrero, después de que un grupo de científicos argentinos transportaran las dos muestras de skuas muertas que hallaron en las proximidades de la base antártica Primavera a la base antártica española Gabriel de Castilla, ubicada en isla Decepción. Allí fueron analizadas por los investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, quienes reconocen que fue un momento de "muchos nervios".

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El nerviosismo fue mayor en el último paso del análisis, el de secuenciación. "Fue complicado realizarlo, teniendo en cuenta las condiciones del laboratorio". Un laboratorio mucho más humilde que el que acostumbran a utilizar y que tuvieron que montar a su llegada. Como ya apuntaron a este periódico, resulta difícil diferenciar la zona limpia de la sucia. El espacio también es bastante limitado, por lo que deben dejar algún equipo en el suelo. Aun así, España es de los pocos países que cuenta con una instalación de este tipo en la Antártida.

Nuestro país puso en marcha el protocolo frente a la gripe aviar altamente patogénica en la Antártida en el mes de noviembre, antes de comenzar la campaña. Aunque hay pocos casos descritos en humanos, no se descarta una posible transmisión: "Ya había limitación para acercarse a zonas donde hay animales por evitar el riesgo, se seguirá en esa línea".

Infecciones con mayor frecuencia

Los resultados de los análisis han demostrado que las skuas estaban infectadas con el subtipo H5 de gripe aviar, y al menos una de las aves contenía el virus de la gripe aviar altamente patogénica. Según los últimos datos del Comité Científico de Investigaciones Antárticas (Scar, por sus siglas en inglés), se han notificado casos sospechosos en otras especies de skuas y en la gaviota cocinera.

Es cierto que el origen del virus de la gripe aviar H5N1 se remonta a finales del siglo pasado. La diferencia es que hasta ahora no se había mostrado tan letal. Se estima que ha matado a millones de aves silvestres en todo el mundo desde 2021. El único continente que no ha confirmado ningún caso, por el momento, ha sido Oceanía.

A la región antártica llegó en octubre del pasado año, cuando se detectó en las islas subantárticas. También se ha confirmado su presencia en las islas Malvinas. Las primeras especies afectadas fueron aves: gaviotas, charranes y skuas. No obstante, el virus no tardó en saltar a los mamíferos de la zona, infectando a elefantes marinos y osos marinos.

Comp explicó en este artículo el catedrático de Microbiología en la Universidad de Salamanca, Raúl Rivas, el virus ha mejorado su capacidad para entrar en las células de los mamíferos: "Cada vez son más frecuentes las infecciones en especies de mamíferos muy diferentes y, en algunos casos, son masivas".

Los virólogos recogen muestras ambientales en la pingüinera para analizarlas al día siguiente.

Los virólogos recogen muestras ambientales en la pingüinera para analizarlas al día siguiente. Cedida

Todo hacía sospechar que el virus también había alcanzado a la Antártida. Pero la confirmación no se produjo hasta que los científicos españoles llevaron a cabo PCRs específicas para el virus de la gripe y el subtipo H5, y secuenciaron un trozo del virus.

"Al tener el laboratorio aquí, hemos tenido una respuesta relativamente rápida. Otros investigadores, cuando ven casos sospechosos, tienen que enviar la muestra a su país de origen para que realicen la secuenciación", explica Alcamí.

Que no se haya notificado hasta ahora se debe tanto a las dificultades de acceso como a la complejidad para muestrear la fauna en la Antártida. Eso sí, los investigadores desconocen si el origen se encuentra en una skua que haya migrado de una de las zonas subantárticas —en la que ya se ha detectado el virus— o porque la infección ya estaba presente en la zona. 

Próximo objetivo: los pingüinos

El problema de haber confirmado la presencia del virus es que probablemente no sólo se dé en las skuas, sino que también podría afectar a otras aves acuáticas y mamíferos marinos susceptibles, como es el caso de los pingüinos. En la pingüinera en la que están recogiendo muestras Alcamí y Vázquez hay unas 17.000 parejas de pingüinos.

Los investigadores acudiendo a la pingüinera, que se encuentra a hora y media de la base.

Los investigadores acudiendo a la pingüinera, que se encuentra a hora y media de la base. Cedida

Los virólogos permanecerán en la base antártica hasta el próximo 9 de marzo. Su objetivo hasta entonces es intentar confirmar cualquier caso sospechoso, ya sea en la pingüinera o en otro sitio. Y es que en isla Decepción (donde se halla la base) no se han reportado casos por el momento.

De hacerlo, las consecuencias serían similares a las de los págalos: "Desconocemos qué letalidad tendrá en el pingüino barbijo (Pygoscelisantarcticus). Pero suponemos que será parecida a la de las skuas".

La variante de este virus ya había sido demostrada en muchos puntos del hemisferio norte. Pero no fue hasta el verano pasado que se confirmó su presencia en el hemisferio sur. Los brotes que se han producido en esta zona (en países como Sudáfrica, Chile y Argentina) también han corroborado que los pingüinos son susceptibles al virus H5N1.

En el sur de América, el virus ha causado la muerte de más de 500.000 aves marinas, siendo pingüinos, pelícanos y piqueros las especies más afectadas. En la Antártida, no habría forma alguna tampoco de contener la cifra: "Sería un desastre para los pingüinos", sentencian Vázquez.