ICAL. Captura de pantalla de la declaración de Rubén A.R en la segunda jornada del juicio por el crimen de la Circular en Valladolid

ICAL. Captura de pantalla de la declaración de Rubén A.R en la segunda jornada del juicio por el crimen de la Circular en Valladolid

Valladolid

Crimen de la Circular | El “ideólogo”: “A día de hoy no sé dónde está la casa de María”

El presunto “ideólogo” del crimen ha vuelto a negar su implicación en los hechos y denuncia “extorsiones” del resto de los acusados

3 noviembre, 2021 13:41

Después de que las acusaciones del caso del ‘Crimen de la Plaza Circular’, en sus informes preliminares expuestos en esta mañana de miércoles, 3 de noviembre, hayan expuesto en la segunda jornada del juicio con jurado popular, que hay suficientes pruebas que atestiguan la participación de los seis acusados en el robo cometido en la vivienda de María A.M. y su muerte a causa de una insuficiencia cardiaca, han llegado las declaraciones.

Las tres acusaciones, por un lado la pública, y las dos particulares que están siendo ejercidas por los hijos de la anciana, imputan a los acusados, un ciudadano español y cinco búlgaros, los hechos que se produjeron en el mediodía del 17 de octubre de 2018 en el piso de la mujer, de 73 años, fallecida.

Rubén A.R. ha sido el primero en contestar a las preguntas del Ministerio Fiscal y ha reconocido que conocía a Arso, otro de los encausados, con el que entabló relación para “realizar una obra para abrir una clínica dental en la calle Araca Real” del barrio vallisoletano de las Delicias.

“Hablé con Arso y le dije que me presentara a la persona que se iba a encargar de la obra. Arso y yo quedamos con Emil”. Rubén ha confirmado que “se reunió con Arso y Emil en Covaresa” el día 16 de octubre de 2018 y que sería la cuadrilla de Emil la que se ocuparía de esta obra.

Posteriormente fueron a Torrecilla de la Orden, lugar en el que Rubén tenía los materiales y acudieron a la casa de Arso “cerca de La Circular” y ha negado, ante la pregunta del Ministerio Fiscal, que ese día “estuvieran urdiendo el plan” del día siguiente que acabó con el fallecimiento de la anciana.

Rubén ha añadido que la cuadrilla de Emil “no le inspiró confianza” y por eso “decidió no contratarles” para realizar su obra. “En la reunión que mantuvimos el 17 de octubre, cuando salieron del local en el que estábamos Emil y su cuadrilla (los otros tres acusados) me quedé con Arso y le dije que si quería la obra, cambiara de trabajadores”.

Arso se lo comunicó a Emil y todo acabó en un Polígono de Laguna donde uno de los miembros de la cuadrilla “se abalanzó sobre mí con un destornillador o navaja”, ha afirmado Rubén en la declaración ante el Ministerio Fiscal, añadiendo que “se fue rápidamente del lugar”.

Rubén A.R. ha añadido que guardó contacto posterior con Arso “porque sufría extorsiones” y “le comenzó a pagar entre 150 y 200 euros” añadiendo, tras la pregunta del Ministerio Fiscal, que “no denunció porque no quería más problemas”. Además ha añadido que sigue, a día de hoy, sufriendo esas extorsiones. 

“A día de hoy no sé dónde está la casa de María. El día antes de detenerme me informan de unos hechos con los que no tengo relación. Veo por la televisión y noticias que enfocan a un portal y me puedo hacer a la idea del portal pero no lo ubico”, ha añadido el acusado.

Rubén ha afirmado que “no tenía relación con la fallecida, ni sabía si vivía sola o disponía de una caja fuerte” y niega la reunión para planificar el plan en un local de su propiedad.

“Niego estar en la Circular con Arso y con Emil en el momento del crimen. No me inspiraban confianza. Me levanté de la mesa tras la reunión con ellos y me fui a trabajar en mi local ubicado en la calle Pelícano”, ha asegurado.

Por su parte, el otro supuesto ideólogo, Arso A.I., explicó durante su declaración que quizás su abogado “se ha inventado que Emil dijera en una llamada: “La hemos matado”, tal y como figura en el escrito de acusaciones de su propio letrado. “Yo no le he dicho esto a mi abogado”, comentó, para admitir que entre ellos “se han dicho cosas para hacerse daño”. En todo caso, el acusado cambió de abogado hace unos 20 días.

Tras corroborar en términos generales la declaración de esta mañana de Rubén, expuso que conoció a Rubén a través de su actual pareja, con la que el propietario de la clínica mantenía un microcrédito a su nombre por importe de 15.000 euros. A preguntas del Ministerio Fiscal, coincidió en la relación laboral con Rubén por una obra en uno de sus locales, que no llegó pagar, y señaló que adquirió dos tarjetas móviles para comunicarse, la cuales se sacaron a nombre de Arso. En este punto, uno de los letrados de la acusación señala que se llevaron a cabo 85 llamadas entre el teléfono de Rubén y el número que se le atribuye a Arso, pero que él dice que tenía Rubén. “¿Se llamaba a sí mismo?”, preguntó el abogado.

Para la obra, contó con la ayuda de Emil, que en su condición de camionero “conocía a mucha gente”, por lo que le presentó una cuadrilla de búlgaros, a la postre también acusados. El día antes de los hechos, el 16 de octubre, admitió que se reunió con Rubén y Emil en el local de la calle Arca Real para la obra, tal y como consta en la geolocalización de los números de teléfono, y posteriormente se desplazaron al pueblo de Rubén, Torrecilla de la Abadesa (Valladolid) a por material de obra.

Igualmente, negó haber estado vigilando el día de los hechos la vivienda de María Aguña en las inmediaciones de la Plaza Circular a pesar de que, igualmente, los teléfonos allí le situaban, y defendió que se reunió de nuevo con Rubén para pedirle dinero para pagar una multa. De hecho, reconoció haber estado “varias veces” ese día con él.

Ese día, la geolocalización sitúa a Arso, Emil y Rubén, en torno a las 8.30 horas, en la calle Panaderos, un encuentro que el acusado achacó a la “casualidad”, pero “no para ultimar los detalles del robo”. Después, quedó con Rubén en Santa Clara, con quien señaló que ya no tenía buena relación, para devolverle las llaves de su local.

En una declaración con supuestas contradicciones, la investigación ubica a Arso entre las 12.50 y 13.20 horas del 17 de octubre, momento en que se produjeron los actos, en la plaza Circular. En la testifical sostuvo que había quedado con él a tomar un café y negó acudir a comprar una caja y cinta americana ni tener algo que ver con los hechos o dar orden alguna para ello. “Lo juro por Dios”, dijo.

Sí señaló que cuando estaba con Rubén en ese bar su compañero recibió una llamada con la que estaba “muy asustado y amarillo”. Reconoció que el origen de la llamada era Emil, quien quería quedar con ellos. “Le ofrecí acompañarlo y llegamos a un descampado”, comentó, en el que reconoció que estaba parte del resto de los acusados, pero que desconocía saber de dónde venían. En ese momento, uno de ellos, Gabriel Kamenov, se dirigió a Rubén, continuó, “con un objeto en la mano e insultándole”. “Me puse delante de él y empujé a Rubén. Le pedí relajarse a Kamenov y me avisó de que me quitara. Y al cabo de 30 segundos nosotros nos fuimos por un lado y ellos por otro”, narró. En todo caso, negó que esa discusión estuviera motivada porque el atraco no saliera bien.

También sostuvo que desde entonces mantuvo contacto con Emil, pero que a Krasimirov lo conoció en la cárcel, si bien la investigación señala que celebraron hasta 17 llamadas en menos de diez días. De Rubén señaló que "no tiene miedo".

Mientras tanto, Emil A.M. declaró que "en ningún momento se habló de hacer alguna reforma y tampoco de cometer un robo en la Plaza Circular". En la primera reunión que mantuvieron los tres se abordaron cuestiones de créditos, aunque rechazó dedicarse a ello y que Arso le debiera dinero a él. También señaló que no se ofreció a ayudar en el arreglo del local. Negó, igualmente, que el día antes se encontrara vigilando la casa ni tampoco se encargó de reclutar al resto de personas que debían acceder a la vivienda.

Sí señaló que cuando llegó al local con el resto de los ahora acusados Rubén y Arso "hablaban de una casa" y era el primero el que daba indicaciones. Aseguró desconocer los motivos por los que comunicó en cerca de 200 ocasiones con otros tres de los acusados, tanto antes como después del día de los hechos.

En el escrito de acusaciones, su defensor hizo referencia a la patología cardíaca de la víctima que se conoció gracias a la autopsia y también rechazó la acusación de pertenencia a grupo criminal, asegurando que solo se puede hablar de la figura de “consorcio delincuencial”. Además, en relación a su cliente recalcó que él no entró en la vivienda, que no sabía que la casa estaba habitada y menos que había una caja fuerte con 300.000 euros.

Reclutado

En la misma línea se pronunció la abogada de Antón A.M., que aseguró que su defendido es una víctima del caso. Según sostuvo, fue reclutado para ejecutar un trabajo, desconocía Valladolid, fue extorsionado y no tenía relación con el resto de acusados. Además, indicó que ningún momento tocó a la víctima y que se cercioró, antes de abandonar la casa, de que María Aguña estaba viva.

Por último, el abogado de Gabriel E.K. resaltó que en ningún caso la intención de su defendido fue acabar con la vida de nadie, dado que solo pretendía robar el dinero de la caja fuerte por encargo de otra persona, mientras que el letrado de Gabriel M.K. aseguró que su cliente no tiene nada que ver con el caso y aseveró que “está aquí por ser cuñado de Gabriel E.K y por ser búlgaro”. Además, subrayó que el día del asalto se encontraba de consulta médica en León y que no conoció al resto de los acusados hasta su ingreso en prisión.