Teniendo en cuenta que el entorno tiene un impacto significativo en la productividad y la motivación del estudio, es importante organizarlo para aumentar la concentración, especialmente en estos meses, en los que numerosos escolares y universitarios se enfrentan a sus exámenes finales.

[¿Qué puedes comer para mejorar la concentración y aprobar los últimos exámenes?]

Cada año se presentan a la Prueba de Acceso a la Universidad, en su convocatoria ordinaria, cerca de 300.000 estudiantes de Bachillerato, a los que se suman más de 1.300.000 estudiantes de grado, que en esta época del año tienen que someterse a sus exámenes finales, además de los millones de españoles que se presentan a alguna oposición.

Para todos ellos, acondicionar su espacio de estudio puede suponerles el empujón que necesitan para conseguir el deseado aprobado. Los expertos de Kronos Homes nos muestran todo lo que tenemos que tener en cuenta:

Luz natural

La luz natural ayuda a reducir la fatiga visual, mejora la concentración y aumenta la productividad. Estos son algunos trucos para aprovecharla al máximo:

Posición de la mesa de estudio: el escritorio debe estar colocado de tal manera que la luz que entra desde la ventana lo haga desde uno de los laterales de la mesa, ya que de esta manera se evitan sombras incómodas.

Uso de cortinas y persianas: su misión es controlar la cantidad de luz solar que entra en la habitación, difuminándola cuando es demasiado intensa y evitando el deslumbramiento.

Espejos en la habitación: ayudan a reflejar la luz natural en la habitación, maximizando su alcance. Colocar un espejo enfrentado a la ventana puede contribuir a iluminar la estancia.

Colores claros: los colores tenues tienden a reflejar la luz, mientras que los oscuros la absorben, por eso hay que pintar las paredes y el techo de la habitación o despacho preferiblemente de blanco.

Una mesa ideal para estudiar.

En cualquier caso, también es importante tener una buena iluminación artificial para los momentos en los que se estudia de noche o a la caída del sol. Combinar la luz del techo, con la de la mesa y algo de luz ambiental, evita forzar la vista durante las largas sesiones de estudio.

Temperatura adecuada

Mantener una temperatura de confort estable es esencial para rendir más y estar más cómodo. Para ello, deberemos:

Regular la temperatura

La temperatura ideal para estudiar se encuentra entre 19 y 22 grados. Por este motivo, es recomendable contar con un sistema de climatización y un termostato.

Ventilar

Mantener las ventanas abiertas por la noche ayuda a la entrada de aire fresco. Si la temperatura es muy alta conviene disponer de ventiladores o un sistema de refrigeración.

Aislar la habitación

Un buen aislamiento evita que el calor penetre en la habitación. Además de contar con un buen acristalamiento en las ventanas, las cortinas térmicas y las persianas también pueden contribuir a mantener alejado el calor.

Regular la humedad

Las plantas no solo purifican el aire, sino que también pueden ayudar a regular la humedad en la habitación, lo que puede influir en la percepción de la temperatura.

Es preciso regular la temperatura para estudiar adecuadamente.

Espacio confortable

Crear un espacio de confort para estudiar en casa aumenta la productividad y hace que las sesiones de estudio sean más efectivas. Los expertos nos muestran los pasos que debemos seguir para conseguirlo:

Elección del espacio: hay que elegir una estancia que sea tranquila y esté libre de distracciones. Lo más conveniente es utilizar una habitación especialmente indicada para el estudio.

Mobiliario confortable: elegir un escritorio con la altura adecuada es fundamental para trabajar cómodo. La silla debe ser ergonómica, es decir, debe permitir el apoyo completo de la espalda para mantener una postura adecuada. Los pies deben tocar el suelo y los ojos hay que mantenerlos alineados con la parte superior de la pantalla del ordenador.

Organización: resulta esencial mantener el área de estudio limpia y organizada. Tener todos los materiales que necesitas a mano puede aumentar la eficiencia del estudio y ayuda a concentrarse mejor.

Control del ruido: si la casa donde se estudia es ruidosa se pueden utilizar auriculares con cancelación de ruido. Escuchar sonidos suaves o música instrumental permite crear un ambiente de estudio relajante.

Decoración inspiradora: el estudiante debe rodearse elementos decorativos que le inspiren y le hagan sentir cómodo en su espacio de estudio. Pueden ser fotos de familia o amigos, plantas, cuadros o citas motivadoras.

Reloj o temporizador: establecer límites de tiempo ayuda a mantener la concentración y evitar el agotamiento. La técnica Pomodoro, que implica 25 minutos de trabajo seguidos de un descanso de 5 minutos, suele resultar efectiva.

Joven estudiando en espacio poco confortable.

Adiós distracciones

Una mesa de estudio libre de distracciones es esencial para maximizar la productividad en el estudio, un escritorio desordenado puede causar estrés. Por ello, resulta conveniente hacer una limpieza general y deshacerse de todo lo que no sea imprescindible para estudiar. 

Cuanto menos desorden visual haya, más fácil será concentrarse. Por ello, es muy recomendable utilizar un organizador de escritorio, tener un lugar específico para cada artículo permite encontrar lo que se necesita al instante y sin distracciones.

Tras cada sesión de estudio, conviene dedicar unos minutos a ordenar el escritorio. Este sencillo gesto asegura comenzar la nueva sesión con una mesa limpia y libre de distracciones.

Pero, además, deberemos guardar los dispositivos electrónicos. Los teléfonos móviles, las tablets y ordenadores son una fuente importante de distracción. Si no se necesitan para estudiar, hay que apagarlos o dejarlos guardados en un cajón o en otra habitación. Si no es posible, existen aplicaciones que bloquean las notificaciones durante un periodo de tiempo determinado.

¡Tómate un respiro!

Realizar pausas cada cierto tiempo es esencial para alejar el estrés. Los expertos ofrecen algunas ideas de cómo optimizar el tiempo de descanso sin salir del hogar:

Relajarse en el salón

Este espacio, que suele ser el más grande y cómodo de la casa, es ideal para despejar la mente. Se puede leer un libro, ver un poco de televisión o simplemente mantener una conversación con otro miembro de la familia.

Descansar en el dormitorio

El dormitorio es el lugar ideal para una siesta rápida, ya que un corto descanso de 20-30 minutos ayuda a refrescar la mente. También es un excelente espacio para la meditación, practicar mindfulness o para relajarse tumbado, escuchando música suave.

Realizar ejercicios en casa

Si no se dispone de gimnasio, cualquier sitio de la vivienda que sea un poco amplio es adecuado para hacer algunos ejercicios sencillos como hacer flexiones, abdominales o estiramientos.

Cocinar algo rápido

Cocinar un tentempié puede ser una actividad relajante. Mejor optar por preparar un snack ligero y saludable, que ayudará, además, a recargar energías.

Salir al jardín o balcón

El jardín o el balcón es un punto fantástico para tomarse un descanso, ya que el aire y la luz natural son muy revitalizantes. Si se dispone del espacio necesario, también se pueden realizar ejercicios al aire libre.