Algunos de sus clientes les dieron fama internacional. Fueron autores de obras admiradas que idearon proyectos en sus encuentros de Café, al calor de bebidas reconfortantes.

El Café Florian en Venecia (Italia)

El Café Florian, fundado en 1720 por Floriano Francesco, está ubicado en la Plaza San Marco de Venecia y es considerado como el café más antiguo de Europa. Está dividido en pequeñas habitaciones donde el mármol es el protagonista, cada sala está cubierta con murales, cuadros y espejos largos.

Las mesas, también de mármol y las sillas acolchadas se colocan en la entrada donde un cuarteto musical toca cada tarde. También este café fue un importante lugar de encuentro para intelectuales como Lord Byron, Charles Dickens o Marcel Proust.

Tomar un café en este local veneciano constituye un placer para los amantes del buen café y la buena música clásica lo que le convierte en una visita ineludible.

Música en directo en el Café Florian, Venecia

Cafés españoles

El Gijón no necesita presentaciones. Abrió sus puertas en 1888, en el número 21 del paseo madrileño de Recoletos. Es toda una institución, un referente de la vida cultural española. El Café más famoso de España ha conseguido superar tiempos de crisis y mantener su vocación.

Y en sus paredes queda algún recuerdo de aquellas doctas tertulias. Reuniones de grandes hombres de la ciencia, la literatura, el pensamiento y el arte. Clientes como Ramón y Cajal, Valle Inclán, Pío Baroja o Pérez Galdós se sentaron alrededor de sus mesas y enriquecieron el aire con sus debates.

La competencia del Café Gijón se instaló en Pamplona, en el mismo año. El Café Iruña iluminó la ciudad en más de un sentido. Fue el primer establecimiento en disponer de luz eléctrica. Ahora, con sus lámparas de época, sus grandes espejos y escudos policromados, mantiene el rincón de Hemingway. La figura del escritor norteamericano permanece impasible ante los nuevos visitantes.

Otros Cafés españoles sirvieron de eco a estos pioneros, aunque pocos han logrado sobrevivir al paso de los años. En la Ciudad Condal, el célebre Els Quatre Gats tuvo una vida breve pero intensa. Por su salón desfilaron un joven Picasso o el innovador Gaudí. Los cafés europeos fueron, y son, elegantes supervivientes de la historia.

La Closerie des Lilas, París

París, Francia.

Uno de los cafés que popularizó al barrio de Montparnasse por su conocida reputación bohemia. Su fama comenzó en el siglo XIX, con el Balón de Bullier, uno de los bailes más famosos de París ambientado en medio de un jardín de lilas.

Era frecuentado por personajes de la talla de Émile Zola, Paul Cézanne, Paul Verlaine, Modigliani, Picasso Sartre, Jean-Paul, Oscar Wilde, Man Ray y muchos otros, Hemingway, por ejemplo, lo consideraba como uno de los mejores cafés de París.

Viena y su Café Central

La capital de Austria sugiere ópera y encanto cultural. Lo atestiguan más de cien museos y su eterna vinculación con la música. Grandes compositores como Beethoven, Mozart o Strauss vivieron en la ciudad del Danubio.

Su música sigue viva y poder escucharla en el Café Central, el más emblemático de Viena, supone un auténtico lujo. Desde sus orígenes, hace más de ciento cincuenta años, ha atraído a la élite intelectual de la ciudad.

Ilustres nombres de la historia como los de Sigmund Freud o León Trotski formaron parte de su clientela y, desde luego, de los recuerdos del Central. A pesar de su renovación, la elegancia de sus salones, las lámparas y las columnas continúan creando un ambiente selecto y elegante. El lugar propicio para su exquisita repostería y sus conciertos de piano, con todo el encanto de la Vieja Europa.

Café Central, Viena

New York Café, Budapest (Hungría)

Ocupa el mismo lugar y es una réplica perfecta, aunque no el original. El New York Café está instalado en la planta baja del Hotel New York Palace de Budapest (antes Boscolo).

Vivió su época de mayor esplendor en el periodo de entre guerras y quedó catalogado como el gran centro cultural e intelectual de la Europa Central. Fue el templo de la literatura húngara y la poesía, el lugar favorito de los grandes pensadores del siglo XX.

Con la llegada del comunismo alcanzó su mayor nivel de degradación. El siglo XXI ha devuelto el esplendor a una cafetería que muchos consideran la más bonita del mundo.

Sus impresionantes columnas salomónicas, espejos, frescos y esculturas, se combinan con las lámparas de cristal veneciano, columnas de mármol y estucos dorados. Un conjunto que sobrecoge por su deslumbrante y exquisita elegancia.

Más información en: infoviajes.contacto@gmail.com.