Las fortunas de los conquistadores de América tienen su mejor reflejo en la ciudad cacereña. Trujillo es un hermoso pedazo de la historia más audaz y brillante de la vieja España. Aquella que se perpetuó en la historia de la mano de grandes conquistadores, hijos de Trujillo. Francisco Pizarro, el conquistador de Perú, y Francisco de Orellana, el descubridor del río Amazonas.

Los descubridores del Nuevo Mundo

Francisco Pizarro bautizó con el nombre de su lugar de origen varias ciudades en Perú, por supuesto, pero también existe en Colombia o Venezuela. La Plaza Mayor de Trujillo rinde homenaje al conquistador con una heroica estatua ecuestre de bronce. La escultura es la protagonista de la hermosa y amplia plaza señorial, en la que la nobleza de la ciudad levantó sus residencias.

El Palacio de los Marqueses de la Conquista fue construido, en el siglo XVI, cumpliendo la voluntad del conquistador al que fue otorgado el título. Hernando Pizarro (su hermano) y su esposa (y sobrina) Francisca Pizarro Yupanqui, hija de Francisco Pizarro y una princesa inca, fueron los encargados de erigir la residencia. En la fachada renacentista destaca la hermosa decoración de una esquina, en la que aparecen motivos de la conquista del Perú y el escudo de los Pizarro, enmarcando un bonito balcón.

El Palacio de los Duques de San Carlos, con galería porticada y fachada plateresca, también luce un balcón esquinado. El edificio destaca sobre las construcciones de la Plaza por su tamaño y alberga un convento. Los Palacios de los Pizarro-Orellana, los Chávez-Cárdenas o el de los marqueses de Piedras Albas son el reflejo de aquellos nobles y primeros “indianos” que hicieron las Américas. Trujillo cuenta con muchos palacios y templos. En uno de los ángulos de la Plaza Mayor aparece la imponente iglesia de San Martín.

La casa natal del descubridor del Amazonas, Francisco de Orellana, no se localiza en la gran plaza. El edificio luce un arco apuntado en el exterior, en el que aparece el escudo de los Orellana, y se encuentra junto a la iglesia parroquial de Santa María La Mayor, el templo más importante de Trujillo.

Santa María la Mayor

Su construcción abarcó desde el siglo XIII al XV, por lo que exhibe estilos románico y gótico. Sin duda, llama la atención su imponente torre Julia, la más antigua. En el interior destacan la belleza de las pinturas de su retablo gótico y las impresionantes bóvedas de crucería. Muchos de los personajes más relevantes de la aristocracia local fueron enterrados en las distintas capillas funerarias de esta iglesia, incluidos los linajes de los Pizarro y los Orellana.

Entre las tumbas del templo no aparece la de Francisco Pizarro, puesto que no fue enterrado en su Trujillo natal sino en la Catedral de Lima. Sin embargo, sí se encuentra el sepulcro de un destacado militar, Diego García de Paredes, el Sansón extremeño. Durante el siglo XV, su fama se extendió por toda la península por su gran fuerza y destreza con las armas, posteriormente incluso Miguel de Cervantes lo hizo aparecer en El Quijote.

El imponente vigía de Trujillo

La impresionante silueta del castillo domina la ciudad. Es una construcción árabe iniciada a finales del siglo IX y cuyas murallas terminaron de construirse casi dos siglos después. Aunque fue modificado y ampliado, conserva dos grandes aljibes árabes con bóveda de cañón. La fortaleza domina la llanura extremeña desde el punto más alto, el cerro rocoso del Cabezo de Zorro, y toda la ciudad cacereña. Un perímetro de novecientos metros de muralla custodia este castillo macizo, sin ventanas y muy pocas saeteras. Esta fortaleza inexpugnable también sirvió de refugio para Juana “La Beltraneja” durante sus disputas con la reina Isabel.

En el siglo XVI se construye una bóveda entre las dos torres para colocar una imagen de granito de la Virgen de la Victoria. Desde el siglo XX, la imagen de la Patrona de Trujillo tiene su propia capilla, en la que es admirada por sus devotos, pero también puede girar para contemplar la ciudad que protege.

Una ciudad de conquistadores que, sin duda, conocieron la belleza de los paisajes cercanos. El Parque Nacional de Monfragüe se encuentra próximo y son muchos los visitantes que lo recorren en busca de la paz y el avistamiento de aves rapaces. Es el hermoso territorio de buitres leonados, buitres negros y águilas imperiales.

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