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La variedad y riqueza de la gastronomía valenciana es inmensa. La gran calidad de los productos locales y el amplio número de posibilidades culinarias que se pueden elaborar aumenta cada vez más conforme crece el recetario valenciano.
Tanto dulce como salado, el sabor de la terreta prevalece. Pese a su excelsa calidad, todavía hay algunos platos y variantes de recetas tradicionales que no se conocen en el resto del país, como, por ejemplo, el ximet.
Así se conoce al pepito, o ximo, en la Comunitat Valenciana, un delicioso plato que es imprescindible en el típico esmorzar valencià y que se caracteriza por su versatilidad y su sabor.
Este tentempié es familiar directo del tradicional pepito de ternera, muy conocido en el país y que está compuesto por dos rebanadas de pan francés con un buen filete de carne a la plancha en medio.
Se le conoce como pepito, ximo o ximet, dependiendo de la zona o de la comarca en la que se elabore; además, cabe destacar que su consumo más habitual es en Pascua debido a que no lleva carne.
Pese a ello, cualquier época del año es ideal para comer el pepito valenciano, sin importar verano o invierno. El diminutivo de su nombre se debe a la proporción de su tamaño, un pequeño panecillo, pero todo tiene su motivo, y es que se presenta frito.
Puede que las torrijas sean una de las recetas más típicas de Semana Santa, pero, en las comarcas valencianas el bocadillo pepito se presenta como la merienda ideal por encima de los populares dulces pascueros.
La versatilidad, su insignia
Una de las tantas virtudes de los pepitos es su versatilidad, ya que aceptan todo tipo de composiciones, desde las más sencillas hasta las más rocambolescas, convirtiéndolo en un plato de gran valor nutritivo.
Puedes hacer tu versión del pepito de pollo, de ternera, con pimiento o sin pimiento, con huevo duro y hasta con aceitunas si quieres.
Pero, en concreto, el auténtico pepito valenciano tiene la titaina como elemento principal, y es precisamente la ausencia de carne en la receta valenciana lo que hace que durante la Cuaresma sean consumidos más que en ninguna otra época del año.
Esa variedad hace que sean el bocado perfecto para cualquier hora del día debido a lo ricos que están. Se consumen generalmente en frío, dado que aguantan muy bien en la nevera o en un táper para poderlos llevar a cualquier parte.