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Se le conoce como el 'Julio Iglesias' del sector inmobiliario; también como @aquijordi en redes sociales. Con tan solo 25 años, Jordi Sánchez-Tarazaga tiene la clave que solucionaría gran parte de la falta de vivienda en Valencia.

El empresario 'influencer' acumula 50.000 seguidores entre Instagram, Tiktok y Linkedin, y lo tiene claro. No se conforma. Los últimos años se ha centrado en un proyecto ambicioso que da respuesta a las "necesidades inminentes del mercado" y que ahora decide contar en exclusiva a EL ESPAÑOL.

"No es una idea, es una realidad que ya transforma el mercado", afirma. Es CEO de la empresa Herenta y, junto a su socio, reforman integralmente casas vacías de entre 300 y 400 m2 para convertirlas en "residenciales compartidos" con "todas las comodidades" que ofrece un hotel, pero a precios accesibles.

La compañía está especializada en inversión patrimonial dentro del mercado residencial affordable compartido. Por el momento, gestionan más de 500 unidades privativas en marcha y en los dos próximos años proyectan alcanzar las 2.000.

"Herenta no es una startup. Es una realidad consolidada que llevaba tiempo liderando desde dentro. Ahora, simplemente he decidido contarlo", asevera Sánchez-Tarazaga.

En comparación con los inmuebles que se alquilan en la ciudad, lo que ofrece Herenta son habitaciones entre nueve y doce metros cuadrados, desde 480 euros con gastos incluidos, en pueblos alrededor del área metropolitana de Valencia, y que tienen buena conexión con la capital, como Riba-roja del Túria. Ese es su negocio.

Las habitaciones se encuentran en espacios completamente reformados, con zonas comunes amplias y con una operativa pensada para que el usuario "se sienta en casa".

En el importe se incluye poder usar libremente las áreas comunes, además de tener garantizado el servicio de mantenimiento y limpieza. Cada tres habitaciones sitúan un aseo de cortesía, y aparte, un baño independiente. Todo sin fianza.

Este tipo de vivienda es ideal para perfiles muy concretos, desde personas divorciadas -de mediana edad- hasta parejas jóvenes que buscan un lugar donde poder dormir. De hecho, estas unidades privativas se anuncian para su alquiler en portales inmobiliarios como Idealista.

"Aceptamos mascotas, parejas, perfiles que el mercado rechaza. Lo hacemos porque confiamos en las personas. Porque entendemos que detrás de cada unidad hay una historia, no un número. Y eso también da seguridad al inversor, porque la calidad del inquilino es la base de la sostenibilidad del negocio", precisa el joven empresario.

Inmueble reformado en Riba-roja del Túria y adaptado al modelo de 'coliving' que gestiona Herenta

Precisamente es este modelo de coliving el que convence a los inversores, como empresarios con excedente de liquidez o particulares que han vendido su empresa, que buscan proteger su patrimonio con "activos estables, gestionados y con rentas pasivas reales y seguras".

De esta manera, el inversor solo tiene que comprar y empezar a cobrar. "Así de simple", asevera Jordi.

Modelo de negocio

"Herenta detecta y compra viviendas en pueblos con buena conexión con la capital, las reforma mediante su propia constructora, las llena al 100% de inquilinos a través de su operadora interna y, cuando el inmueble ya genera ingresos, lo vende a inversores patrimonialistas a quienes les ofrece o una renta pasiva real", explica Sánchez-Tarazaga.

La gestión íntegra la mantiene Herenta, que se encarga de "cuidar al inquilino" y de administrar cada inmueble.

"La distribución de las zonas comunes y la dignidad de los espacios hacen que los inquilinos no solo vivan bien, sino que quieran quedarse. Y eso, para el inversor, es clave", señala el experto.

En este sentido, Jordi asegura que la sensación de entrar en una de estas casas "tiene que ser la de un hotel, pero con la calidez de un hogar, que además es asequible".

Jordi Sánchez-Tarazaga, CEO de Herenta, junto a una de las viviendas que ha reformado íntegramente. EE

Por otro lado, el CEO de la compañía afianza que tienen "todo el proceso in-house; desde la compra, la reforma y la ocupación". "Eso nos permite controlar la calidad, la velocidad y la seguridad. Lo que vendemos no es un inmueble, es una inversión consolidada con un sistema detrás", agrega.

El también influencer valenciano quiere demostrar que una solución al problema de la vivienda es posible: "Rentable para el inversor, flexible para el usuario y sostenible como negocio".

Para Jordi, su negocio es "una misión bonita" que atiende a la "necesidad social de la vivienda" y que, tal y como ha descubierto, "nadie cubre actualmente".

Así, con este modelo de negocio, Herenta pretende llegar a ser una de las empresas líderes de la categoría del residencial compartido de calidad "con alma de hotel".