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Hay cafeterías que son algo más que lugares para tomarse un café en la barra mientras ves la televisión elevada en una de las paredes del local. Las hay, incluso, que esconden actividades difíciles de encontrar de otra manera.

Por ejemplo, un espacio destinado a bailar, una oferta más propia de discotecas o de las propias salas de baile, cada vez más escasas. Las generaciones más veteranas tuvieron el baile como la máxima expresión del ocio, con los conocidos guateques, o los bailes de clubes sociales como el Náutico.

Se bailaba otra música, se pedía una "lenta" para bailar "agarrado". Hoy, las verbenas son todavía testigos de aquellos bailes gracias a las orquestas, con un amplio repertorio que recorre las canciones de todas las épocas.

Una actividad física y social muy demandada por la gente mayor, esa Tercera Edad a la que parece que pocas veces se le da importancia. De hecho, el Concello ha anunciado que retomará el programa Bailes en Vigo, que se organiza en diferentes asociaciones de vecinos.

Pero desde hace años, uno de los centros de reunión se ha situado en la calle Colón, en el número 31, y en una cafetería que se encamina ya a las cuatro décadas de vida: Luces de Bohemia. Presumen de chocolate con churros, de clientela fiel y, por supuesto, de sus actividades sociales.

Luces de Bohemia. Treintayseis

El cierre de Nova Olimpia, a escasos metros, hizo que muchos trasladasen sus bailes a la clásica cafetería, que tiene habilitada su planta de arriba para estas sesiones de baile, además de para otros festejos. Hasta la pandemia, también se daban clases, pero esta actividad no se retomó tras el coronavirus.

Los bailes se celebran los lunes, miércoles y viernes, de 19:15 a 21:15 horas. Está abierto a todos los públicos, pero mayormente acuden personas mayores que encuentran allí un refugio para moverse y socializar y con "un éxito rotundo", aseguran desde la propia cafetería.

Además, es con música en directo, de la mano de Sercio, que toca y canta las mejores canciones para que no paren de moverse en dos horas.

El precio lo marca la consumición, ya que consumir es el único requisito para acudir; bueno, y tener ganas de bailar y disfrutar.