En Vigo no cabe ni una hamburguesería gourmet más. Rosalía de Castro es la milla de oro de la buena carne y el buen pan, pero no todos los locales surgieron allí. Alguno de ellos, ha tenido que andar un largo camino para convertirse en una referencia del sector en la ciudad olívica.
Es el caso de Caracuchos —'cara', de caraqueño, y 'cucho', de maracucho—, la hamburguesería de dos migrantes venezolanos, Carlos y Lisa, que llegaron a Vigo hace más de una década con un sueño: "Veníamos con la idea clara de que queríamos montar un negocio de hostelería", afirman a Treintayseis.
En la universidad, Carlos estudió Publicidad, mientras que su mujer, Lisa, cursó contabilidad. Así, nada más aterrizar en Peinador decidieron que tenían que hacer un "estudio de mercado" para lograr tener su propio local. Hasta entonces, no habían trabajado en hostelería, aunque comer ya era una de sus pasiones.
Al principio, su objetivo fue conocer la ciudad y el sector, y comenzaron a trabajar la mítica pizzería Napolitana. "Comencé a trabajar de extra de fin de semana y terminé siendo uno de los encargados", recuerda Carlos. Lisa fue contratada pocos meses después que su marido.
Interior del local de Caracuchos en la calle Sevilla, en Vigo
Poco a poco fueron ganando experiencia y decidieron por fin abrir su propio local: Spazio Caffé. Esta pequeña cafetería situada al lado del Gadis fue el primer paso para llegar a Caracuchos: "Lo hicimos como una especie de laboratorio. Estaba la parte de una cafetería normal, luego le metimos sábado de comida venezolana, que gustaron muchísimo", explica Lisa.
Entonces, también comenzaron a preparar hamburguesas: "Son básicamente las mismas que hoy podemos disfrutar en Caracuchos", asegura Carlos, que detalla que la calidad del pan y de la carne sí ha cambiado con el paso del tiempo, y el aprendizaje llevado a cabo en los últimos años en la hamburguesería situada en el número 12 de la calle Sevilla.
El duro inicio de Caracuchos
Spazio Caffé se convirtió en una referencia en Camelias. Lisa y Carlos comenzaron a tener clientela por la noche, pero el centro comercial cierra a las 21:00. Así, decidieron buscar un nuevo local donde poder ofrecer comidas y cenas, donde la cocina fuera el centro neurálgico del negocio.
Con un "presupuesto muy ajustado", consiguieron su espacio desde donde crear su futuro en la calle Sevilla. "Cuando agarramos este local estaba horrible", afirma Lisa, que, embarazada de su segundo bebé, se quedaba atendiendo en la cafetería, mientras Carlos remodelaba el futuro Caracuchos en los ratos libres.
Durante cinco largos meses, desde febrero de 2021, Lisa y Carlos conciliaron la llegada de un nuevo miembro de la familia, con el cuidado de su hija mayor, la cafetería y la apertura de la hamburguesería. Un duro camino que culminó con una apertura singular de Caracuchos, condicionada por las limitaciones de la pandemia.
Entonces, apostaron todo por la hamburguesería. Dejaron a un lado los desayunos, no podían competir con La Cultural, y se centraron en las comidas y en las cenas. Incluso realizaron test de Covid para poder "tener gente dentro del local", ya que no cuentan con una gran terraza, y así servir a más personas.
Las restricciones mermaron mucho el negocio. "Llegó un punto en el que el local se trabajaba, había gente, pero estábamos facturando muy poquito con tantas limitaciones", explica Carlos, que tuvo que alquilar una camioneta para ejercer de repartidor para ganar un sueldo extra y sostener Caracuchos.
La tercera mejor hamburguesa de Galicia
Finalizaba el año, entraba diciembre y Caracuchos se mantenía a flote, aunque con un futuro incierto. En ese momento, recibieron una llamada sorprendente: "Nos llaman del campeonato de la mejor hamburguesa, cuando solo había uno, y nos invitan a participar", recuerda Carlos.
"Fue un ángel de la guarda", añade Lisa, que incide en que no sabían si iban a poder abrir el siguiente mes hasta que fueron seleccionados para el campeonato. "Nos hizo una publicidad tan grande, toda la ciudad nos comenzó a conocer por la hamburguesa, ya no era la comida venezolana", apunta también su marido.
Caracuchos consiguió consolidarse, así como nuevos reconocimientos que lo situaron como una hamburguesería de referencia en la ciudad. En 2023, una de sus hamburguesas fue seleccionada como la tercera mejor de Galicia. "Eso hizo que vinieran influencers, dueños de restaurantes con Estrella Michelin, que cuando te enteras te llena de orgullo", afirma la pareja hostelera.
El teléfono no paraba de sonar y se dieron cuenta que recogían tantas reservas que podían abrir un nuevo local. Y así lo hicieron: ahora Caracuchos también se encuentra en el número 5 de la calle Canceleiros y hasta cuenta con su propia food truck para eventos y festivales de verano.
Con su ambiente callejero, que combina la cultura gallega con la venezolana, y un trato muy cercano, Caracuchos es la hamburguesería de referencia para muchos vigueses que buscan una experiencia más allá de la comida. También gracias a platos únicos: "Podemos asegurar que la hamburguesa de chocolate blanco y galleta Oreo nadie la tiene, no creo que nadie sea tan gordito", bromea Lisa.
Además, presumen de elaborar todo en el día. "El pan se hace fresco todos los días y no hay congelados, sólo las patatas. El resto lo elaboramos: los fingers de pollo, las salsas, la carne de los nachos, los nachos, las cheesecake", aseguran los dueños de Caracuchos para explicar el éxito y la gran acogida que ha tenido su restaurante en una ciudad con ya tanta competencia a nivel gastronómico.
