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El Casco Vello de Vigo vive uno de sus mejores momentos. Del abandono que sufrió en los años 90 y principios de los 2000, ahora es un punto de referencia para cualquier vigués que quiera disfrutar de un refresco o una cerveza al sol.

Hay dos plazas que albergan casi todo el movimiento de los increíbles tardeos del Casco Vello: la plaza de la Constitución y la plaza de la Iglesia, más conocida como La Colegiata. Allí, el bar y hostal homónimo lleva ofreciendo el mejor ambiente de la ciudad durante casi 30 años.

Emma es la dueña del bar y hostal La Colegiata desde febrero de 1996. Su padre compró el edificio con la idea y lo reformó con la idea de hacer pisos, pero pronto cambió de opinión: "Me dijo: venga, tú para ahí, a trabajar", recuerda la hostelera viguesa.

"Le surgió la idea del hostal, al estar una buena zona como La Colegiata", añade Emma, que con 23 años tuvo que hacer frente al reto de dirigir un establecimiento en pleno Casco Vello de Vigo, justo en una de sus épocas más oscuras, a finales de los 90.

La Colegiata, en Vigo Treintayseis

Casi 30 años más tarde, está orgullosa del trabajo realizado desde que se hizo cargo de La Colegiata. Más aun sabiendo que La Colegiata es, sin lugar a dudas, uno de los bares de referencia de cualquier vigués que quiera disfrutar de una cerveza en una de las plazas más históricas del Casco Vello.

Ejemplo de constancia

Y es que estos 30 años no han sido un camino de rosas para Emma. Los primeros años fueron muy duros: la droga y la delincuencia golpeaban con fuerza el centro de Vigo. "Tenía la puerta cerrada por dentro y abría según quién se acercaba", recuerda.

Además, durante ocho años, La Colegiata funcionó como una residencia de estudiantes. Las fiestas, los gastos que ocasionaban y el peligro de las calles casi lleva a Emma a cerrar el establecimiento.

Antigua fotografía de Vigo en el interior de La Colegiata Treintayseis

Por suerte, no ocurrió. Su trabajo y constancia durante la peor época del Casco Vello tiene ahora sus frutos. Un centro vitalizado y un sector turístico en auge han provocado que La Colegiata viva uno de sus mejores momentos.

Los tardeos más míticos del Casco Vello

El hostal vive de los turistas y, sobre todo, de los peregrinos que duermen allí en la temporada baja. Emma se tiene que levantar bien temprano para ofrecerles el desayuno que necesitan para emprender su camino a Pontevedra.

Ahora bien, lo que hace más feliz a Emma es el ambiente que se ha generado en la plaza de la Iglesia desde hace una década. Los tardeos atraen a público de todas las edades, especialmente jóvenes, que disfrutan al sol de las bebidas y los pinchos que ofrece La Colegiata.

La mayoría son jóvenes, una de las grandes ventajas de su negocio. "Lo que más me gusta es tratar al cliente y como es juventud, mola. Te sientes joven tú también", asegura Emma, sentada en una de las mesas de su local, frente a una gran foto antigua de O Berbés.

Placa de La Colegiata, con su fecha de nacimiento Treintayseis

"Hace nueve años fue empezando poquito a poco, la cervecita con las pipas es lo típico", explica Emma sobre unos tardeos que son ya una "tradición" en la ciudad olívica. "Es la misma gente de siempre y de unas generaciones vinieron otras y otras", afirma a Treintayseis.

La hostelera dice que una de las claves es el trato al cliente y contar con un "buen equipo". "Tener una sonrisa muy agradable", dice Emma, que ya tiene un trato casi familiar con muchos de sus clientes.

El pirata de La Colegiata, uno de los emblemas de Vigo

Además, La Colegiata cuenta con uno de las fachadas más fotografiadas de la ciudad. Los miles de cruceristas que deciden cruzar el puente de A Laxe se encuentran siempre con su mítico letrero y el famoso Jack Sparrow de Vigo.

"Eso tiene historia", adelanta Emma, que explica que la figura era de la extinta tienda de cómics de la plaza. El dueño había acumulado tantos objetos de colección que ya no tenía hueco para el pirata más reconocido del cine y de Vigo.

"Me tienes que comprar el pirata, me dijo él. Y yo le respondí: para la Reconquista", recuerda Emma, que al día siguiente del comienzo de la fiesta se encontraba subiendo por las escaleras la figura de Jack Sparrow.

Pirata de La Colegiata Treintayseis

La decisión de situarlo en el balcón fue improvisada. "Fue lo mejor que pude hacer, ahora la gente me pide la habitación del pirata", explica Emma, que viste la figura según la época del año. Así, tanto Jack Sparrow como el hostal son una parte esencial del Casco Vello, sin las que no se podría comprender el Vigo de la actualidad.