Todas las parroquias de Vigo esconden pequeñas joyas de la gastronomía local que suelen pasar por debajo del radar del público general, pero son un punto de referencia para todos sus vecinos.
En esta ocasión, nos trasladamos a San Paio de Navia, parroquia de Vigo situada entre el nuevo barrio homónimo y la zona de playas. Allí, a menos de 10 minutos de Samil en coche, se encuentra el Bar Patacas, todo un clásico de la zona.
En 1966, la familia "Patacas" -así la apodaron sus vecinos- montó el local en ell número 19 de la calle Xuncal. Las plantas superiores las reservaron para vivir y el bajo se dedicó a esta taberna tan exitosa en el barrio.
"Mis abuelos decidieron montar un negocio en la época y montaron un barcito súper humilde, súper pequeñito", explica la actual encargada del establecimiento, Laura Alonso, que trabaja codo a codo junto a sus primos y su hermano.
Las empanadas, plato estrella
Pese a llamarse Patacas, la tortilla no es la especialidad de la casa. Desde hace casi 60 años, las empanadillas del bar llamaron la atención del vecindario, que tan solo contaba con otro local en las inmediaciones de San Paio.
"Antes mi abuela hacía alguna tortilla o algo así también, pero nada fuera de lo básico. La empanadilla sigue siendo el plato estrella y por lo que la gente viene básicamente", asegura Laura a Treintayseis.
En este sentido, el bar ha evolucionado su carta con el paso de los años. "Nos adaptamos un poquito a lo que pide la gente", añade la encargada, que dice que ahora también se dedican a las croquetas, calamares, huevos rotos y nachos, "que es así un poquito más moderno".
Clientes de toda la vida en un barrio en expansión
Laura lleva un año al mando del negocio familiar que abrieron sus abuelos y al que dedicó tanto tiempo su tía. Esta última, de hecho, fue la que realizó las mayores transformaciones al local, que ahora puede llegar a dar de comer a 80 personas.
Pero la joya de la corona es la pequeña terraza. "La pena es que es muy chiquitita y con nada se nos llena. Todo el mundo nos dice que quiere ir para la terraza", lamenta Laura.
Terraza Bar Patacas
La ampliación del local y la terraza era una necesidad del Patacas, ya que está situada a apenas 10 minutos andando del nuevo barrio de Navia, lo que supuso un importante incremento de clientes a pesar de mantener los vecinos de toda la vida, quienes agradecen que la carta se haya mantenido a lo largo de los años.
"Es cierto que la zona nueva también nos trajo bastante clientela. La gente venía de allá para aquí porque es una zona más tranquila y le gusta mucho", asegura la actual jefa del Patacas.
Los mediodías suelen estar reservados para aquel cliente del barrio, que lleva comiendo en el bar más de 50 años. Las noches y, especialmente, el fin de semana es cuando los vecinos de otras partes de Vigo se acercan hasta San Paio para disfrutar de una buena empanadilla.
Una dinámica que es más intensa en verano, cuando muchas de las personas que van a la playa hacen su parada obligatoria en el Bar Patacas antes de ir a casa.
Trabajo en familia
A pesar de haber trabajado con anterioridad en el bar familiar, Laura no se hizo cargo de él hace apenas un año. El Bar Patacas fue su forma de ganar dinero de adolescente hasta que se marchó a estudiar Turismo a Ourense.
Volver y encargarse del negocio seguramente fue todo un reto, pero trabajar con su familia hizo que la transición fuese más fácil de lo esperado. "Trabajo en casa, si necesito cualquier cosa siempre está mi tía que me echa una mano. Mi familia me ayuda siempre", explica.
Además, "no hay nadie contratado de fuera", lo cual simplifica la relación con los trabajadores, que no dejan de ser sus primos y hermano. "Vengo de trabajar en otro sitio, con gente que no era mi familia y el trato es diferente", apostilla.
Bar Patacas
Así, tanto por el servicio, como por la comida y el emplazamiento, estamos ante uno de los bares más especiales y familiares de toda la ciudad, donde llevan por bandera cocinar una de las mejores empanadillas de Vigo.
