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Los hórreos son una construcción muy popular en Galicia. Situados sobre pilares de piedra, antiguamente se utilizaban para almacenar las cosechas de maíz o trigo y resguardarles de la humedad y los roedores. Cuando hablamos de ellos, el primer municipio que se nos viene a la mente es Combarro, pero hay otro en el que esta construcción es muy popular.

Se trata de A Merca, en la comarca de Terra de Celanova (Ourense). En este rincón gallego existe un conjunto de 34 hórreos en un lugar conocido como O Campo da Feira. Estos ejemplares han posicionado a la localidad como un lugar de gran interés que nunca ha perdido su verdadera esencia.

"Acompañó en su labor durante la historia a las gentes de rural gallego"

Hórreos de A Merca (Ourense) web.turismourense.com

"Hórreo, canastro, cabana, canizo, cabaceiro o cabazo, todas estas palabras son utilizadas en Galicia para señalar un tipo de construcción popular que acompañó en su labor durante la historia a las gentes de rural gallego", dicen desde turismo de Ourense.

En el municipio gallego de A Merca se encuentra uno de los conjuntos más llamativos de Galicia, no por su antigüedad, sino por su historia reciente y su valor simbólico.

"Se trata de una construcción de madera o piedra, a modo de pequeño recipiente ventilado, que mediante pies, generalmente de piedra, sostenían el cuerpo de madera o piedra, donde se guardaban y preservaban las cosechas, sobre todo de maíz una vez traído de América", señalan desde turismo de Ourense.

Aunque estas construcciones son típicas entre los siglos VII y XVIII, los hórreos de A Merca datan de mediados del siglo XX y fueron levantados siguiendo el estilo limián (comarca de A Limia), caracterizado por el uso de piedra en la base, tejado a dos aguas y madera en la parte superior.

Conjunto de 34 hórreos en A Merca web.turismourense.com

Como cuentan desde National Geographic, en los años 70, durante unas obras de mejora en las calles del pueblo, se pidió a los vecinos que desplazaran sus hórreos para facilitar el acceso a las viviendas. A cambio, estos exigieron su restauración y reubicación conjunta.

Así se formó el conjunto de hórreos que se conoce actualmente y que ha sido declarado Bien de Interés Cultural, reforzando el orgullo local de todos los vecinos del municipio.

Hoy en día, más allá de su función original como graneros, estas estructuras se han convertido en un ejemplo y reflejo de la esencia e identidad gallega, testigo de una tradición agrícola profundamente arraigada en la cultura del lugar y de toda la región.