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Galicia es conocida por sus impresionantes islas, pero hay una en particular que esconde secretos fascinantes. En el corazón del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Illas Atlánticas de Galicia se encuentra una isla que, en comparación con las Ons o las Cíes, no goza de tanta popularidad, sino que permanece más resguardada y oculta en la ensenada de la ría de Arousa. No obstante, es la mayor de un archipiélago formado por varios grupos de islas, pero solo ella es accesible para visitantes.

Además de albergar el bosque de laureles más extenso de Europa, también fue propiedad de la Corona Española y estuvo a punto de convertirse en la residencia de verano de la familia real, concretamente, le faltó poco para ser el Palacio de Verano de Alfonso XIII de Borbón, algo que nunca llegó a ocurrir. Te contamos todo lo que debes saber sobre la Isla de Cortegada (Pontevedra).

El Palacio Real que nunca existió

La Isla de Cortegada, con sus 200 hectáreas de belleza natural, se encuentra en la Ría de Arousa, a escasa distancia de Carril (Pontevedra). Este rincón de Galicia ha sido un lugar de gran atractivo a lo largo de la historia, no solo por su entorno privilegiado, sino también por su rica herencia cultural. En el siglo XV, se erigió en la isla la ermita de la Virgen de los Milagros, un punto de paso para los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago. Además, se construyó un Hospital-lazareto cuyas ruinas aún son visibles hoy en día.

Boceto del Palacio Real de Cortegada http://www.patrimoniovilagarcia.com

A lo largo de los siglos, Carril se consolidó como un puerto clave para Galicia, especialmente durante el siglo XVI, cuando llegó a contar con una aduana activa y fue un importante punto comercial. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Industrial, el puerto comenzó a perder importancia. Para revitalizar la economía local a finales del siglo XIX, se propuso a la familia real española que Cortegada se convirtiera en su residencia veraniega.

En 1907, Alfonso XIII visitó la isla y quedó impresionado por su belleza natural. Después, en 1910, la isla fue entregada al rey. Aunque inicialmente se planeó construir una lujosa residencia para la Corona Española, llegando a expropiar a los vecinos que allí vivían (unas 80 personas que se dedicaban a la agricultura y la ganadería), el proyecto nunca llegó a materializarse, sino que la familia real estableció su refugio vacacional en La Magdalena, en Santander.

Cortegada permaneció bajo control borbónico hasta 1974, cuando el rey Juan Carlos I la vendió a una inmobiliaria que intentó urbanizarla sin éxito, finalmente pasó a ser propiedad del Estado. En 2002 fue declarada Parque Nacional y cinco años después adquirida por la Xunta de Galicia para asegurar su conservación y abrirla al público.

El mayor bosque de laureles de Europa

Camino vello entre bosques de laural en Cortegada Cíes.gal

En la parte norte de la isla de Cortegada se extiende un impresionante bosque de laureles, considerado el más grande de Europa, que abarca más de dos hectáreas con árboles centenarios que alcanzan hasta 17 metros de altura y conviven con diversas especies como robles, sauces, avellanos, pinos y eucaliptos. Así, Cortegada es un refugio de biodiversidad que alberga una rica variedad de flora y fauna, incluyendo aves, mariposas, erizos, jabalíes y lagartos ocelados. Aunque la vegetación es escasa debido a la limitada luz solar que penetra en el bosque, se han identificado hasta 45 especies diferentes de setas.

El sendero más conocido para explorar el bosque de Cortegada es el Camiño do Carro, que guía a los visitantes a través de un paisaje exuberante donde los laureles centenarios forman un camino singular entre vegetación.

Para acceder a la isla de Cortegada es necesario realizar una travesía en barco desde Carril, una experiencia breve, pero muy especial. Durante el recorrido puedes observar los viveros de mariscos en los que se cultivan mejillones, ostras y almejas. Aquí se encuentra uno de los mayores bancos de almejas de Galicia, la popular "ameixa de Carril", que cuenta con su propio sello de origen.