Publicada

Galicia es tierra de ríos, montes y una naturaleza exuberante, lo que la convierte en un auténtico paraíso de cascadas y saltos de agua. A pesar de que algunas, como la Fervenza do Ézaro en Dumbría, son bastante conocidas, hay muchas otras que siguen siendo auténticos tesoros ocultos, lejos de las rutas más turísticas.

La combinación de un clima lluvioso y una orografía accidentada ha dado lugar a numerosas cascadas que se reparten por toda la comunidad, muchas de ellas en lugares recónditos de frondosos bosques, valles o cañones fluviales

Muchas de estas cascadas forman parte de rutas de senderismo poco transitadas, lo que las convierte en lugares perfectos para quienes buscan disfrutar de la naturaleza en estado puro, sin aglomeraciones. Galicia aún guarda muchos rincones por descubrir, y sus cascadas son un claro ejemplo de ello.