En la cara más recóndita de las Rías Baixas, allí donde el río Verdugo se desliza entre frondosos bosques y montañas que parecen abrazar el horizonte interior, se esconde un tesoro llamado Ponte Caldelas. Este emblemático río, alma y esencia de la localidad caldelense, dibuja paisajes de ensueño en sus márgenes, abrazados por una exuberante vegetación de ribera y con una identidad forjada al ritmo sereno de sus aguas. 

Lo cierto es que este mágico rincón de la comarca de Pontevedra oculta mucho más que un paraíso para los amantes de la pesca fluvial, donde las truchas son las protagonistas de la popular y multitudinaria Festa da Troita, declarada de Interés Turístico en Galicia. Y es que, Ponte Caldelas emerge también como un destino donde la historia está grabada a fuego en cada rincón, con su fascinante legado indiano y un arte rupestre que nos habla de tiempos ancestrales, testigos imperturbables de unas huellas y relatos que ni el paso del tiempo ha conseguido borrar. 

Aquí, la naturaleza, la historia y la tradición se dan la mano para ofrecer al viajero una experiencia de esas que dejan huella. Senderos de pescadores que serpentean junto al Verdugo, playas fluviales que invitan al descanso y majestuosas casas indianas que narran historias de ultramar… Todo ello convierte a Ponte Caldelas en algo más que un simple destino de paso en las Rías Baixas: es toda una invitación a perderse, descubrir y enamorarse de la esencia más auténtica de Galicia.

Un festejo para celebrar la riqueza del Verdugo

La Festa da Troita, una de los eventos gastronómicos más emblemáticos de las Rías Baixas, se celebra todos los años, desde 1967, en las entrañas del pueblo de Ponte Caldelas. Cada último domingo del mes de mayo, este pequeño rincón gallego se viste de gala para honrar una tradición que ya supera medio siglo de historia y que ha sido delcarada de Interés Turístico en Galicia. Todo comenzó gracias a la iniciativa de un grupo de vecinos, apasionados de la pesca, que decieron apoyar esta actividad fluvial y poner en valor la excepcional riqueza de las aguas del río Verdugo a su paso por el municipio. 

La programación del evento, repleta de actos lúdicos y festivos, tiene como protagonistas los stands de degustación de truchas, que deleitan a los visitantes con su sabor único. Otra de las actividades más destacadas es la celebración del prestigioso Concurso de Pesca Internacional, centrado en los salmónidos, y que es muy sonado en toda Galicia y el norte de Portugal. En cualquier caso, el festejo convierte a Ponte Caldelas  en un punto de encuentro donde la tradición, la gastronomía y la pasión se funden en una experiencia imprescindible para todos los públicos. 

Entre vestigios de la historia

En Ponte Caldelas, la historia cobra vida en cada piedra. Una de sus joyas más preciadas es el área arqueológica de Tourón, un impresionante museo al aire libre que se extiende a lo largo de 150.000 metros cuadrados formando uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes de Galicia. En este espacio entre naturaleza, el pasado se revela a través de una fascinante ruta de senderismo que acerca al visitante hasta cinco estaciones repletas de petroglifos, cada uno de ellos con su propia historia e identidad. Desde enigmáticos diseños geométricos hasta curiosas escenas de caza, cada motivo es una ventana abierta a las tradiciones más ancestrales de la localidad. 

El recorrido, guiado por pasarelas de madera y paneles informativos, nos sumerge en un viaje a través del tiempo. Sin duda, nos encontramos con la antesala perfecta para descubrir a fondo el sentido de los petroglifos que se despliegan por toda esta zona repleta de vida, como el caso de los misteriosos círculos de Outeiro da Forcadela, la gran escena de caza de Naval de Martiño e la complejidad artística de Laxe das Cruces, donde lo geométrico y lo naturista se combinan en una suerte de diálogo milenario.

De las casas indianas a los caminos de pescadores

El legado indiano conforma una huella imborrable en la historia de Ponte Caldelas, un testimonio vivo de las olas migratorias que marcaron Galicia desde el siglo XIX. Pasear por sus calles es como descubrir auténticas joyas de la arquitectura indiana como la emblemática casa verde, situada cerca del puente que une este pueblo con el de A Lama. A pocos pasos de la alameda se encuentra otro de los ejemplos más destacados de este singular patrimonio: la Casa da Campa, que sorprende con su campana en la fachada y una capilla interior dedicada a la Virxe das Dores, que se convierte en el corazón de una de las fiestas más vibrantes del verano.

Al margen de su pintoresco callejero y su rica historia, Ponte Caldelas es un refugio de naturaleza y belleza donde el río Verdugo se erige como el gran protagonista. Sus senderos de pescadores nos invitan a caminar junto a sus tranquilas aguas, descubriendo rincones tan especiales como el del antiguo balneario, cuyos vestigos hoy descansan en silencio. Y aunque el mar no baña sus tierras, este municipio puede presumir de un hito único: albergar la primera playa fluvial de Galicia, y la segunda de España, en recibir la prestigiosa Bandera Azul, un galardón que luce con orgullo desde el año 2015. Sin duda, un lugar donde el paisaje y la historia fluyen juntos, dando forma a un escenario realmente mágico.