Continúa el juicio por el "crimen de Coia" en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, en Vigo. Este miércoles, los peritos del Servicio de Criminalística han confirmado que la escopeta utilizada por el acusado estaba a "algo menos de un metro" de la víctima cuando disparó.
En esta jornada han comparecido ante el tribunal diversos peritos, entre ellos, expertas de Criminalística que han explicado que el orificio de la herida en el cuerpo de la víctima presentaba los bordes desgarrados, pero no había lesiones alrededor causadas por perdigones.
Además, en el hombro de la sudadera de la víctima se localizaron restos de plomo, lo que evidencia que la nube de gases que se produce cuando se dispara un arma le alcanzó de pleno, como informa Europa Press.
En todo caso, estas peritos también han señalado que esta distancia es la medida que pueden fijar desde el cañón hasta el cuerpo del fallecido, en función de la herida, sin haber hecho pruebas con el arma intervenida en la escena.
Residuos del disparo en la puerta
Un experto de la Policía Nacional en análisis balístico y de armas ha explicado, además, que se localizaron restos compatibles con residuos de disparo, tanto en una mancha de sangre encontrada en la puerta de la casa del acusado, como en el interior del cañón de la escopeta o en el orificio causado por un disparo en la defensa de un coche que estaba allí estacionado.
Con respecto a la posibilidad de que el acusado hubiera efectuado un primer disparo intimidatorio con un cartucho de sal, tal y como sostiene la defensa, este perito ha señalado que no se analizó la posible existencia de sal, porque no se le pidió esa información.
Fotografías y mensajes amenazantes
Agentes del grupo de Homicidios de la Comisaría de Vigo han detallado que, dos meses antes del crimen, acusado y víctima se habíanintercambiado mensajes y fotos en los que se echaban en cara varias cuestiones, se acusaban de ser "chivatos" y otras "provocaciones".
Entre ellas, la defensa ha destacado cuatro fotos y un mensaje de audio enviados por la víctima al acusado en febrero de 2024. En las imágenes puede verse al fallecido haciendo gestos obscenos con un machete (el que apareció en la escena del crimen), enseñando una pistola o enseñando el trasero desnudo.
Igualmente, en la sala se reprodujo un mensaje de audio en el que la víctima interpelaba al acusado, diciéndole que era "muy valiente por WhatsApp", y en el que advertía: "Voy a ir por ahí, y ya me explicas lo valiente que eres, campeón".
Positivo para cocaína, cannabis y benzodiacepinas
La sala de juicios también ha acogido la declaración de dos facultativas forenses, que fueron las encargadas de hacer una evaluación del estado del acusado, tras ser detenido por estos hechos.
Según sus conclusiones, cuando fue examinado —dos días después del crimen— presentaba en la orina restos de cocaína, cannabis y benzodiacepinas —un fármaco ansiolítico—, por lo que, en el momento de los hechos, estaba en un estado de intoxicación que "mermaba levemente" su capacidad volitiva.
Con todo, han explicado que José Luis M.C. realizó una entrevista "muy tranquila, muy correcta" durante ese examen forense, y era capaz de discernir lo que estaba bien y lo que estaba mal.
