El pasado mes de diciembre, el Concello de Vigo anunciaba la creación de una red de nueve parques caninos en todos los barrios de la ciudad. Entre ellos se asignó un espacio de 1.105 metros cuadrados en el barrio de Barreiro, en una ubicación que ha sido criticada por numerosos vecinos de la zona, que incluso llegaron a elaborar una propuesta alternativa, con el objetivo de construir "un parque canino que beneficie a todos".
La propuesta planteaba 2.200 metros cuadrados en una ubicación más adecuada dentro del mismo parque de Barreiro, apostando por criterios de funcionalidad real y uso responsable del espacio público. Con todo, el Concello ha decidido aprobar su proyecto principal, desoyendo las peticiones de los vecinos del barrio.
Cerca de 100 familias con perros de la zona de Barreiro-Lavadores denuncian el silencio administrativo recibido por la administración local y muestran su profundo rechazo ante la actitud del Concello de Vigo. "Hemos descubierto por los medios de comunicación que el Concello ha desoído la propuesta técnica fundamentada. No hemos recibido ninguna explicación ni argumento técnico que justifique el descarte de las mejoras avaladas por la propia ciudadanía", critican desde el grupo Un Parque Canino Funcional en Barreiro.
"Hasta ahora, el Concello no ha dado ninguna explicación sobre por qué ha rechazado nuestras propuestas. Lo grave no es solo que ignore alternativas mejor fundamentadas, sino que ni siquiera tenga la cortesía mínima de responder", insisten. Desde el grupo critican que el Concello realizara una consulta ciudadana en la que se invita a participar a los vecinos pero que después no se los escuche. "La sensación es clara: se pide opinión de cara a la galería, pero se niega la escucha real a quienes más conocen las necesidades del parque", denuncian.
Por todo ello, piden al Concello que reconsidere su postura, tenga en cuenta las alternativas propuestas y destine los casi 170.000 euros presupuestados a un proyecto "verdaderamente útil, digno, sostenible y alineado con las necesidades reales de Barreiro-Lavadores".
Una propuesta funcional y adaptada
La propuesta, respaldada por un centenar de firmas de familias con perros residentes en Barreiro, fue entregada el 10 de marzo de 2025 a través del registro municipal. Entre los puntos que generan dudas y que los vecinos exigen que se revisen destacan el tamaño y la localización, que consideran no adecuados.
"Apostar por 2.200 metros cuadrados se ajusta a estándares reconocidos, favorece el bienestar animal, permite el ejercicio y la socialización saludable, reduce la conflictividad y asegura un mantenimiento óptimo del entorno", recogen. Para ellos, el espacio limitado que presenta el gobierno local aumentaría el riesgo de peleas y de estrés en los animales. "Los perros necesitan espacio para moverse libremente, explorar y socializar sin sentirse agobiados", reclaman.
Además, advierten que el parque se planea ubicar en una zona de paso muy concurrida, lo que podría resultar incómodo tanto para las familias con perros como para el resto de los vecinos. "La propuesta vecinal selecciona una zona resguardada de ruidos, lejos de la carretera y sin invasión de otros espacios ya acondicionados para el uso humano y social. Además, apuesta por áreas más arboladas y sombreadas, sin exposición extrema al sol, maximizando el confort de los animales y los usuarios", destacan desde el grupo.
Por último, reclaman invertir en elementos "realmente útiles y sostenibles", en vez de en "accesorios de dudosa utilidad". "Lo esencial es un espacio seguro, amplio y natural y no equipamientos costosos ni infrautilizados. Un parque debe responder ante todo a las necesidades específicas de los perros; lo demás es accesorio y, en muchos casos, termina resultando innecesario y de difícil mantenimiento", explican.
Finalmente, los vecinos de Barreiro destacan que la propuesta municipal presenta diferentes aspectos de carácter engañoso, como la división del espacio en jaulas, un diseño inadecuado para la integración paisajística, un despilfarro por demolición innecesaria y la planificación de las áreas caninas sin el asesoramiento de etólogos, veterinarios, educadores caninos ni urbanistas especializados.
