"Tenemos un problema de seguridad", ha comenzado explicando David García, enfermero del Hospital Álvaro Cunqueiro, que el pasado 19 de mayo sufrió una agresión en una sala de triaje de urgencias del centro hospitalario.
Él es uno de los profesionales sanitarios que se han concentrado a las puertas de las urgencias del Cunqueiro con carteles de "Non ás agresións" y lanzando proclamas como "Coa nosa saúde non se xoga", "Máis seguridade nos postos de traballo" o "Contra as agresións máis prevención".
"Hay un protocolo que nos ha ayudado, pero nos vemos desbordados por la presión y la ansiedad; últimamente, hay mucha violencia, verbal y física", ha denunciado este enfermero que ha sido víctima de dos agresiones este año.
Acompañado de Pilar Rodríguez Pérez, presidenta de la Xunta de Persoal del Cunqueiro, David ha relatado ante los medios cómo un paciente les agredió a una celadora y a él, señalando que el protocolo actual, que consiste en presionar un botón de alerta desde el ordenador, no es siempre eficaz. "En el primer caso no estaba cerca de un ordenador, y en el segundo estaba cerca, pero el paciente estaba a un palmo de mí y me era imposible activar el botón porque podía tener más consecuencias", ha explicado.
Además, ha añadido que, a pesar de que la respuesta del personal de seguridad es rápida, ha ocurrido algún caso de varios conatos de agresión simultáneos, por lo que el número de trabajadores no es suficiente, por ello también han pedido que se refuerce este servicio.
"Más personal"
Por su parte, Pilar Rodríguez ha insistido en que se trata de casos ya demasiado habituales, agresiones físicas y verbales, y que los protocolos están destinados al momento previo y posterior a la agresión, por lo que solicitan que se tomen medidas preventivas para evitarlas. Según la presidenta de la Xunta de Persoal, aunque son varias las causas que derivan en estas agresiones, muchas suelen llegar por una "percepción de demora en una asistencia", como este último caso, algo que también se solucionaría con más personal sanitario.
"Hay que valorar los circuitos existentes, las necesidades y si somos el personal suficiente trabajando no sólo en urgencias, sino también en hospitalización y atención primaria", ha demandado, algo que "es causa de la precariedad que llevamos tiempo denunciando".
Entre los posibles protocolos, han señalado la necesidad de nuevos circuitos para pacientes psiquiátricos, o a la hora de alertar a las fuerzas de seguridad, la posibilidad de tener unas pulseras individuales que hagan más afectiva y posible esa llamada.
"El resultado es que agresiones y amenazas verbales que están sufriendo compañeras y compañeros provocan bajas laborales, situaciones de miedo, que no podemos tolerar cuando estamos haciendo un servicio a la sociedad y que necesitamos hacerlo con total seguridad", ha reclamado.