La hostelería viguesa vivió este lunes una jornada frenética a raíz del apagón eléctrico que dejó sin luz a gran parte de la ciudad durante horas. Mientras algunas terrazas se llenaban ante la imposibilidad de muchos vigueses de seguir trabajando, otros hosteleros vivieron la jornada con preocupación por el estado de sus productos y las pérdidas económicas derivadas.
Ese fue el caso de The Othilio Bar, que, aunque no abría ese día, sufrió la incertidumbre de no saber si sus productos refrigerados se verían afectados. "Lo vivimos con bastante miedo, porque avanzaba el día y la situación no se resolvía", explica Pablo, uno de los propietarios.
Más grave fue la situación en Melitón, otro local del mismo propietario, que sí tenía previsto abrir con normalidad. "A las 13:30 horas tuvimos que cerrar. Fue un día con mucha incertidumbre, nos recordó un poco a los días de pandemia. Mi negocio depende mucho de la luz y de la mercancía, y tuve miedo", reconoce Pablo.