La ciudad olívica le debe prácticamente toda su grandeza a la pesca y a los vecinos que trabajan en este sector, que han dado sus vidas durante más de 200 años para ofrecer siempre el pescado más fresco y de mayor calidad. Es así como Vigo no se puede entender sin O Berbés y su mercado.
La ribeira viguesa era uno de los barrios extramuros de la entonces villa marinera. El pescado fue siempre su principal fuente de ingresos, los hombres faenaban en el mar, mientras que las mujeres se dedicaban a vender el producto más fresco por las estrechas calles de O Berbés.
Muchas se dirigían a la Praza dos Ratos, donde vendían los pescados y mariscos más frescos de la Ría tanto en la plaza de abastos como al aire libre en la actual Rúa Pescadería —conocida actualmente como la calle de las ostras—. Así fue hasta los años 60, cuando comenzaron las obras de construcción del Hotel Bahía.
Entonces, más de 200 comerciantes se trasladaron a las actuales dependencias del mercado de O Berbés, situado en la Rúa Teófilo Llorente. Como recuerdan los más veteranos, pescaderías, carnicerías y fruterías llenaban tres plantas de este edificio.
Mercado do Berbés, en Vigo
Tres plantas de comercio local
"Era el mercado más grande", recuerda Juan, dueño de la Carnicería Giráldez desde hace 40 años. Junto a una de las dueñas de Pescadería Flipper, Mila, es el más veterano del mercado de O Berbés.
Ambos entraron cuando el mercado ya llevaba sobre 20 años en su ubicación actual. "Sin exagerarte, abajo igual había 80 pescantinas vendiendo", asegura la dueña de una de las tres pescaderías que han sobrevivido el paso de los años.
Carnicerías como la de Juan se situaban en la primera planta, así como las fruterías, que ocupaban un pasillo central que ahora está vacío. En la planta de arriba, volvía a haber espacio para el pescado más fresco de la ciudad y para "productos del campo".
Pescado expuesto en la Pescadería Flipper
Mila, de hecho, empezó a trabajar en este último piso en Pescaderías María Postelados, pero decidió montar su negocio propio tras nueve años de experiencia. Desde entonces, ha pasado por todas las plantas del mercado a medida que los comerciantes iban cerrando sus locales.
"De capa caída, pero vamos para adelante"
Ahora mismo, el mercado de O Berbés cuenta con cinco comercios de alimentación, una peluquería y un despacho de lotería. Las tres pescaderías, la frutería y la carnicería de Juan se sitúan en la primera planta.
El pescado sigue reinando en esta histórica plaza de abastos. Cada pescadería está especializada en un determinado producto. Por ejemplo, mientras Flipper se dedica a los peixes más pequeños, Mariscos Victoria vende aquellos de mayor tamaño, así como crustáceos y bivalvos.
Esta pescadería también cuenta con una gran trayectoria. Su actual dueño, Jesús, explica a Treintayseis que la abrió su suegra hace 38 años en la planta inferior, que ahora es un aparcamiento.
Jesús, frente a su expositor en el mercado do Berbés, en Vigo
"Empecei a botarlle unha man o día que enfermou o meu sogro", recuerda Jesús. Por desgracia, el padre de su mujer falleció y se quedó trabajando indefinidamente en Mariscos Victoria hasta que heredó el local tras la muerte de su mujer.
En los 15 años que lleva dirigiendo su negocio en O Berbés, Jesús ha presenciado como sus compañeros iban cerrando sus locales por falta de relevo generacional. "De capa caída, pero vamos para adelante", añade el pescadero, que, como Mila, vende principalmente a restauración.
Los restaurantes, su clientela principal
Un paseo por el mercado llega para confirmar que no hay muchos vecinos que realicen allí sus compras diarias. Mila, Juan y Jesús comentan que viernes y sábado son los días con más afluencia, cuando personas de otros barrios se pueden acercar a realizar su compra semanal.
Así lo confirma también la presidenta de esta histórica plaza de abastos viguesa, la dueña de Fruterías Maty. "La señora que tenía el puesto se pensaba jubilar y, como era la persona más joven del mercado, me la ofrecieron a mí", explica.
Maty lleva ya 15 años en O Berbés y considera que ha dado un giro hacia la venta directa a la restauración, lo que convierte a los restaurantes del Casco Vello en sus principales clientes.
El Mosquito, El Capitán o La Codorniz son algunos de los locales que compran a estos "supervivientes" del comercio local de Vigo. Sus cuentas dependen de ellos desde hace cinco años.
Pensábamos que llegaba el fin, la gente no venía al mercado mientras se acumulaban en los supermercados
De hecho, Maty considera que la etapa más dura fue en la pandemia, cuando los restaurantes cerraron. "Pensábamos que llegaba el fin, la gente no venía al mercado mientras se acumulaban en los supermercados", asegura.
Los vecinos de Vigo ya no acuden al mercado, pero tampoco sus turistas, especialmente los cruceristas. Eso sí, afirman que los turistas nacionales sí realizan alguna compra en la plaza durante Navidad.
Falta de relevo generacional
Tres de los cinco negocios que hay en O Berbés tienen más de 30 años. Si sus empleados no los heredan, su futuro está en peligro.
"Yo no tengo hijos y las hijas de mi hermana tienen sus trabajos", explica Mila sobre una situación que también viven en Mariscos Victoria. Así, cuando se jubilen quedará solo Pescadería Fashion Fish, cuyas dueñas son algo más jóvenes.
El carnicero, en cambio, ha tenido más suerte, ya que su hijo sí está dispuesto a seguir con el negocio familiar. "Tengo 33 años y empecé con 16, y sí, pretendo seguir con el local", afirma el hijo de Juan, Juan.
Carnicería Giráldez, en Vigo
Este considera que el problema es político. "Son las dificultades que vienen con ser autónomo", en sus palabras, lo que explica que no haya relevo en el mercado.
Y es que aunque "haya que trabajarlo", todos los comerciantes creen que hay espacio para seguir vendiendo y ganarse la vida con el pescado, la carne o la fruta. Principalmente, porque venden productos frescos, que no se pueden comparar en calidad con las grandes superficies.