En pleno mercado de fichajes y con la mirada puesta en una posible salida de Fer López, la Comisión de Antiviolencia carga duramente contra el Celta. La entidad, dependiente del Consejo Superior de Deportes, ha propuesto una sanción de 350.000 euros y el cierre de Balaídos durante tres meses.
Según Antiviolencia, el club olívico no estableció "las necesarias medidas de control de acceso y permanencia de espectadores e impedir que se ocupasen las vías de evacuación de la grada Marcador Bajo, que estuvieron colapsadas por aficionados durante todo el encuentro".
Además, denuncian que se permitió a un trabajador del club que facilitase el acceso a numerosos aficionados desde Río Bajo a Marcador Bajo, donde se encuentra la grada de animación celeste.
Por último, considera que en el partido contra el equipo madrileño, en el que ambos equipos se jugaban su clasificación a competición europea, se permitió el acceso a Balaídos a un "grupo de menos de 36 personas desde un portal de acceso de vehículos al interior del estadio".
"Todo ello sin ningún tipo de control ni observación de las condiciones de acceso (sin entrada o título válido y sin acceder por los tornos)", apunta Antiviolencia, que por estas infracciones propone que los de Giráldez jueguen sin el apoyo de su afición durante el tramo inicial de la temporada.
Sanción a cinco celtistas
Por otro lado, Antiviolencia ha propuesto una sanción de 5.000 euros junto a la prohibición de acceso a recintos deportivos durante un año a cinco personas.
Según la entidad del CSD, estos aficionados alteraron "gravemente" el orden en la puerta 0 del estadio de Vigo, al intentar "rebasar la línea de seguridad" durante el mismo partido.