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Ni la lluvia ni el festivo han podido frenar la pasión por el celtismo. Cuando el club llama, la afición siempre responde. Así quedó demostrado este Jueves Santo, cuando cientos de vigueses llenaron emocionados la grada de Tribuna, y en menor medida la de Marcador, para disfrutar de la cercanía de sus ídolos.

En una comunión perfecta entre club y afición, los jugadores celestes saltaron al césped arropados por una ovación de aplausos y gritos de entusiasmo. Un cariño que los futbolistas no tardaron en devolver, con gestos de complicidad y sonrisas hacia su público.

Desde las 11:00 horas, en un entrenamiento cargado de buen ambiente, los celestes no solo mostraron sus rutinas y dinámicas de trabajo, sino que también se entregaron a su afición, que más tarde esperaba con ilusión la firma de autógrafos y camisetas.

Los más pequeños fueron, sin duda, los más entregados, ondeando pancartas con mensajes dedicados a sus jugadores favoritos. Pero la grada se llenó de familias, parejas y grupos de amigos de todas las edades, dispuestos a no perderse una jornada tan especial.