El audiovisual gallego está viviendo una auténtica revolución. Cada vez son más lo proyectos que se hacen con la pequeña y la gran pantalla, impulsados por jóvenes talentos que apuestan por nuevas narrativas. Dos de estos talentos son Cristela Torres y Bea Villar, quienes en febrero de 2024 decidieron dar un paso al frente y fundar su propia productora: Brava.
Desde su creación, Brava ha tenido un objetivo claro: producir contenidos dirigidos a la juventud, con una perspectiva feminista y un lenguaje contemporáneo. "Casi todo lo que hacemos son proyectos para plataformas digitales, cortometrajes y web series, aunque también vamos, poco a poco, a por largometrajes o series más largas", explica Bea.
Su propuesta, freca y cargado de formatos innovadores, ha encontrado una respuesta positiva en el sector. "Lo que más nos está sorprendiendo es que, con el poco tiempo que llevamos, la gente está confiando mucho en nuestro trabajo", reconoce Villar. Una de esas entidades que han depositado su confianza en Brava es la Televisión de Galicia (TVG), que ha decidido contar con la productora para crear contenidos para si plataforma digital. "Es motivante tanto por parte de la TVG como de los creadores, que apuestan por traernos sus proyectos", añade.
Aunque, como cualquier proyecto, los inicios no han sido fáciles. "Los primeros años siempre son complicados, pero con lo que nos quedamos es que estamos teniendo un resultado muy positivo y que vale la pena continuar", afirma Villar. En ese sentido, reconocen haber tenido "suerte" con las subvenciones recibidas, lo que les ha permitido afianzar su crecimiento.
Contenidos "para gente de aquí y en su lengua"
Parte del éxito de Brava radica en haber detectado un una demanda insatisfecha en el mercado: la falta de contenidos juveniles en gallego. "Nacimos con la idea de producir el contenido que consumíamos, pero en gallego; para gente de aquí y en su lengua", destaca Bea. Esta certeza hizo que Brava no se percibiera como un riesgo, sino como una apuesta segura, ya que sus creadoras tenían claro que sus contenidos iba a funcionar.
Y, la otra clave del éxito, es su equipo. "Siempre intentamos trabajar con gente con la que ya tenemos confianza, porque los primeros proyectos necesitan una gran red de apoyo", explica Bea, quien afirma que tanto en la universidad como en el máster, se han encontrado a profesionales "súper capaces y válidos" que ahora forman parte del proyecto.
Sin embargo, las fundadoras son conscientes de los desafíos que implica la industria audiovisual. "Intentamos siempre que nuestros proyectos sean perfectos técnicamente, porque ya se nos va a exigir un poco más solo por ser mujeres y jóvenes", señala la productora. "Si no das el máximo por llegar a un buen nivel, no se te va a tener en cuenta, ahí es donde intentamos balancear los presupuestos con los resultados", continúa.