En septiembre de 2013, cuando Tuenti estaba consolidada como la red social española más relevante, Rubén “guiado por ánimo libidinoso” envió una foto de sus genitales a M., una chica de 14 años con la que había contactado por ese medio. Si no enviaba la foto, Rubén enviaría sus conversaciones “subidas de tono” a todas sus amigas.
La menor, llevada por la coacción, accedió. “Posteriormente, arrepentida y asustada, lo comunicó a sus padres que pusieron denuncia al día siguiente”, según se recoge en la sentencia por el Juzgado de Instrucción número 1 de Antequera.
Así lo intentó hasta en 41 ocasiones. Ahora, Rubén ha sido sentenciado a trece años de prisión. Su modus operandi era siempre el mismo. Se hacía pasar por una chica que se presentaba con un mensaje común: “Hola, me llamo N. y me dedico a dar consejos… tanto sobre dudas de chicos, de amor o de todo tipo :) tienes alguna duda o algún problema que necesites consejo para resolver?:)”.
Según la sentencia, “terminaba conversando, incitándoles y enseñándoles a masturbarse”, además de exigir envío de imágenes de zonas íntimas una vez que se destapaba su verdadera identidad masculina.
La Guardia Civil, tras la denuncia interpuesta por los padres de la primera víctima en dar a conocer los hechos, contactó con Rubén. Inicialmente se resistió a identificarse, pero tras la insistencia del guardiacivil, confesó ser un hombre de 22 años residente en Asturias.
Más de cuarenta chicas cayeron en los engaños de Rubén. La Guardia Civil siguió la pista y encontró conversaciones con chicas de entre 10 y 15 años. Algunas de ellas, recibieron y enviaron fotografías coaccionadas por el hombre.
En el móvil encontraron fotografías en las que “aparecen chicas jóvenes en poses sugerentes, actitudes sexuales o desnudas”. También había vídeos de las menores en un disco duro externo de 500 gigas.
Ahora se condena a Rubén a más diez años de prisión por los 41 delitos de coacción cometidos, otros dos años por un delito continuado de producción de pornografía infantil y seis meses por descubrir y revelar conversaciones.