Loli ingresó en el Hospital General de Segovia el 21 de marzo. Tres días después, murió por coronavirus. Sus hijos no saben si, con un respirador, se hubiese salvado. Lo cierto es que, según denuncian, su madre no fue trasladada a la UCI porque un protocolo del centro no permitía ingresar a los mayores de 75 años. 

Ante esta problemática, el Ministerio de Sanidad ha salido al paso de algunas decisiones tomadas por las UCI de evitar el acceso a respiradores a pacientes por motivos de edad. Y lo ha hecho en previsión de que, en los próximos meses, les lleguen un aluvión de denuncias. 

En cualquier caso, Loli, de 78 años, murió sin tener patologías previas y gozando de buena salud. Y lo hizo, en parte, por no tener acceso a un respirador, tal y como denunció la familia en la Cadena Ser. Ahora, esa misma familia, publica una carta íntegra en EL ESPAÑOL en la que explica todo lo ocurrido. 

Carta

Los familiares de una mujer de 78 años fallecida recientemente de Covid-19, quieren que la opinión pública conozca la injusta situación que sufrió desde el inicio de la enfermedad hasta su muerte en el Hospital General de Segovia:

Nuestra madre, antes de ser contagiada, vivía independiente en su casa, llevaba una vida social activa, no tenía ninguna patología importante, iba a gimnasia, daba paseos y, además, se ocupaba de sus nietos.

Nuestra madre había tenido contacto con una amiga fallecida por Covid-19, lo puso en conocimiento de su centro de salud, que sólo llamaron por teléfono para anularle una cita solicitada e indicarle que ya la llamarían por teléfono para hacerle un seguimiento.

Sus hijos llamamos al teléfono de coronavirus de Castilla y León para informar de su situación y dijeron que ya la llamarían.

El servicio de Urgencias por coronavirus tiene registrado desde el día 15 de marzo síntomas en principio ligeros: fiebre, mialgias, tos, pero hasta el jueves 19 de marzo no fue un médico a verla (a su casa). Este médico dijo que irían a hacerle la prueba del coronavirus, pero que hasta que no tuviese fiebre alta y más dificultad respiratoria no sería tratada o ingresada. Nos dijeron a los hijos que mantuviéramos el aislamiento, también dijeron que los pulmones no estaban afectados y que ventilaba bien. Insistieron que estaba bien, y que el único tratamiento que requería era paracetamol cada ocho horas.

El viernes 20 de marzo la llamaron por teléfono y le dijeron que esa tarde irían a su casa a hacerle la prueba y no fueron. La mañana siguiente llamó a una hija porque se había caído de la cama durante la noche, no podía levantarse y no recordaba desde cuándo ni cómo estaba en el suelo. Llamamos inmediatamente al servicio de urgencias y no se acercaron ni a ayudar a levantarla y valorar su estado, sino que nos dijeron que estábamos bloqueando el servicio y haciendo diferentes peticiones, cuando claramente la desorientación de nuestra madre era debida a la enfermedad. Pasado el mediodía, se acercaron dos sanitarios e indicaron que ella estaba bien, pero nos consta que no le miraron ni garganta ni pecho ni espalda ni la auscultaron.

Al hospital

Nuestra madre siguió empeorando, no quería irse de su casa con una de sus hijas porque le habían asegurado que irían allí a hacerle la prueba del coronavirus el 21 de marzo. Cuando pasó el día sin que fuesen a hacerle la prueba, fue una de sus hijas a por ella y la encontró delirando, desorientada y con fiebre alta. Llamamos al 112, y el servicio de urgencias envió una ambulancia para llevarla al hospital.

Entró por urgencias hacia las 23h, dónde le hicieron una placa y le diagnosticaron neumonía bilateral muy grave.

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Nuestra madre fue ingresada en el Hospital General de Segovia la noche del sábado 21 de marzo. El día 24 en el informe diario de su estado de salud se nos comunica que por el estado crítico en el que se encuentra debería entrar en la UCI con respirador, pero “por edad no cumple criterios”. El día 27, ante nuestra súplica, la misma doctora de planta nos dice que “por encima de 75 años hay ya un escrito en el hospital que es imposible coger a nadie en la UVI”. Así, debido a que están obligados a cumplir el protocolo recogido en las normas internas del citado hospital, no se la puede trasladar a la citada Unidad, tampoco pueden llevarle un respirador ni solicitar traslado a otro hospital y el día 30 de marzo se nos comunica que ha fallecido.

Es doloroso tener a la madre enferma, hospitalizada grave y no poder ni verla, pero es cruel e inhumano que los doctores te comuniquen, y así lo tenemos recogido en una grabación entre partes, que según el citado protocolo, "toda persona mayor de 75 años queda excluida del necesario respirador y del ingreso en esta unidad vital", por lo tanto no van a proceder a ello, ya que mi madre tiene 78 años.

Intentamos, sin resultado, pedir ayuda desde el departamento de atención al paciente del hospital, desde dirección médica, y servicio de canalización de pacientes e incluso a la Gerencia de Valladolid. Escribimos al gerente de Asistencia Sanitaria de Segovia Sr. Jorge Elizaga y al Presidente del colegio de médicos de Segovia Sr. Enrique Gilbert rogando, suplicando ayuda para nuestra madre y, a día de hoy, no hemos recibido respuesta.

Sin traslado

En una búsqueda desesperada a contrarreloj, llamamos a otros hospitales públicos próximos de Castilla y León y de Madrid. Había disponibles camas de UCI y respiradores en Valladolid, en Burgos, en el hospital de campaña de IFEMA, etc. Pero en todos ellos el traslado debían solicitarlo desde el Hospital de Segovia. No lo hicieron, volviendo a hablar del protocolo y además indicando que ya no se permitían traslados entre comunidades autónomas ni siquiera entre provincias de la misma comunidad.

Buscamos en centros privados en toda España, pensábamos que la aceptación de la sanidad privada era cuestión de recursos sanitarios de la clínica y recursos económicos del paciente. Pero la respuesta no fue la que esperábamos. Tenían respiradores y camas UCI, pero por el decreto del estado de alarma se había intervenido el sector privado. Y esta intervención se estaba realizando o aplicando sin un criterio homogéneo nacional e infrautilizando sus recursos.

En la Clínica Universidad de Navarra de Madrid nos dijeron: “No estamos admitiendo traslados, tendrían que hablar con Salud Pública para que desde allí lo gestionen”.

Al denegarle el respirador e ingreso en la UCI, esto implicó que se la dejó morir sin darle una última oportunidad.

Y si las circunstancias fueron terribles para los familiares, imagino a mi madre muy enferma, aislada, sin entender qué le estaba pasando, quizás con miedo, angustia y dolor. Se la dejó morir en la más profunda soledad, sin recibir la extremaunción del capellán, sin permitir acompañamiento de al menos un familiar en sus últimas horas de vida. Es vergonzoso. Es un trato inhumano.

Dicho protocolo, según hemos constatado, no se sigue en otros hospitales de la Comunidad de Castilla León, ni en otros hospitales de otras comunidades autónomas, como por ejemplo Madrid o Castilla-La Mancha.

Moralmente el citado protocolo nos parece miserable. Como hijos muy, muy triste, pero además pensamos que incumple lo dispuesto en la Ley Orgánica 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León, así como otras normas del ordenamiento jurídico español como es el caso de nuestra Carta Magna.

- Artículo 13, derechos sociales, punto 2: Derecho a la salud: "Todas las personas tienen derecho a la protección integral de su salud, los poderes públicos de la Comunidad velarán para que este derecho sea efectivo. Los ciudadanos de Castilla y León tendrán garantizado el acceso, en condiciones de igualdad, a los servicios sanitarios de la Comunidad en los términos que la ley determine".



-En el Capítulo IV, artículo 16.- Principios rectores de las políticas públicas. 5. Derechos de las personas mayores: "Las Administraciones Públicas de Castilla y León velarán para que las personas mayores no sean discriminadas en ningún ámbito de su existencia y garantizarán sus derechos, en particular, la protección jurídica y de la salud, el acceso a un alojamiento adecuado, a la cultura y al ocio, y el derecho de participación pública y de asociación".

LA FAMILIA SOLICITA: 

Se realicen las investigaciones oportunas en orden al esclarecimiento de los hechos por los que llegado el caso de ingreso en UCI y/o necesidad de un respirador, a nuestra madre no se le concedió esta opción por discriminación de edad.

De no tener materialmente espacio en la UCI del citado hospital, se podría haber realizado un traslado inmediato a otro centro hospitalario en el que hubieran podido darle la atención que necesitaba y merecía.

Queremos, en primera instancia, informar a la población de Segovia de la situación que se está produciendo en el Hospital General.

Queremos que todos los recursos sanitarios del país, tanto públicos como privados, sean para todos los ciudadanos a nivel nacional y que no se dividan por provincias ni por comunidades y, mucho menos, por edad de los pacientes.

Queremos que se permita el acompañamiento de un familiar en algún momento de cada día de hospitalización y, cuando la situación sea irreversible, que pueda ser acompañado el paciente moribundo hasta sus últimos momentos de vida. Por humanidad, por el enfermo y por sus familiares.

Queremos que se haga pública la circular/normativa interna que marca esta forma de proceder y el nombre del responsable de esta decisión.

Así, llegado el momento, que las familias sepan a qué atenerse al llevar a sus seres queridos al Hospital de Segovia y puedan buscar alternativas de asistencia médica para sus mayores.

¿Se merecen nuestros mayores (padres, abuelos), que nos han engendrado y cuidado, que mueran así?

¿Estamos todos convencidos de los derechos, incluidos los de la salud e igualdad, de las personas mayores?

La respuesta siempre será afirmativa. Por esto y por todos los hechos expuestos en este escrito, denunciamos que se niegue, cuando lo necesitan, el derecho a un respirador y UCI a los mayores de 75 de años.

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