Si algo hemos aprendido estos años es que el correo electrónico lo carga el diablo. Que levante la mano quien no se haya olvidado nunca del dichoso archivo adjunto después de enviar un texto meditado y corregido hasta el extremo. O quien no haya tenido una confusión y ha mandado a alguien que no debía un contenido comprometido. Nos hemos acostumbrado a repasar una y otra vez todos los correos importantes para no cometer estos y otros errores, pero somos humanos y siempre acabamos tropezando en la misma piedra.

Bajo esta premisa, no es difícil hacer creer a alguien que ha metido la pata y esta flaqueza es la que ha usado un tuitero para gastarle una de esas bromas épicas a su compañero de trabajo. Estas jugarretas, cuando el ambiente laboral es bueno, se multiplican prácticamente a diario porque todos sabemos que unas buenas risas levantan el ánimo de cualquiera. Eso sí, conviene medir muy bien la delgada línea que nos separa de ser el simpático o el pesado de la plantilla y en eso nos ha ayudado mucho la serie The Office.

Croquettone, uno de los tuiteros que no se pierden ni un sarao de humor en la red social, ha sido el artífice de la chanza, explicando en tres tuits cómo ha dejado en shock a su compañero de oficina. "Estaba redactando un correo electrónico para toda la planta y, al final del correo, ha puesto 'imbéciles' con letra enorme, subrayado y en rojo para hacer la broma de que iba a enviarlo así", empieza explicando el contexto, añadiendo que finalmente lo ha borrado, como es lógico, antes de darle a enviar.

"Su cara de susto"

Sin embargo, en ese proceso de borrar y enviar, el tuitero ha urdido el plan. "Desde mi ordenador he abierto una ventana de correo nuevo, he escrito cosas al azar y he puesto al final la palabra 'imbéciles' con el mismo formato, mismo tamaño, subrayado y en rojo. He dejado la ventana abierta y le he dicho: '¡Que lo has enviado así!'. Cuando ha mirado a mi ordenador, su cara de susto ha sido tan grande que yo me he ganado automáticamente una plaza en el infierno", ha relatado.

El hilo ha alcanzado a más de 150.000 cuentas y está dejando un reguero de risas tras de sí, alabando la ocurrencia de Croquettone, pero también la mala leche que le ha puesto a la broma:

Parece que hay consenso en eso de que acabará en el infierno.

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