¿Cómo reaccionarías al ver a un animal salvaje en apuros? ¿Serías un héroe, como Sarah Lindgren o, por el contrario, el miedo te paralizaría? Lo cierto es que uno no sabe cómo se va a desenvolver hasta que se ve en una situación similar, pero el ejemplo que nos ha dejado esta mujer está dando la vuelta al mundo gracias a un vídeo que se ha hecho muy viral en las redes sociales al mostrar la destreza con la que logró salvarle la vida a un osezno.

Sarah, que es una aficionada a la fotografía de vida silvestre, se encontraba en una de sus jornadas fotográficas en la región de Pennsylvania Wilds, una zona de conservación de flora y fauna en Pensilvania (Estados Unidos). Conducía por Cross Fork para ir a casa de un amigo a recoger a su perro el pasado domingo 20 de agosto cuando vio a lo lejos un animal al borde de la carretera y decició bajar a ver qué le sucedía. Comprobó que se trataba de una cría de oso que había metido la cabeza en un bote de plástico y se había quedado atrapado.

Pensó en un principio que el osezno estaba muerto, pero rápidamente se movió y Sarah documentó toda la escena con su cámara. Viéndolo indefenso y corriendo peligro, no se lo pensó dos veces y agarró el recipiente de plástico para retirárselo. El osezno, nervioso, empezó a hacer fuerza hacia el exterior y finalmente se liberó. "Este oso estaba luchando en el margen del camino, así que traté de ayudarlo", ha contado en la publicación de Instagram, deseando que se recupere y preocupada porque no veía que su madre estuviese cerca.

"Estaba muy débil"

Con la cabeza ya fuera del plástico, el osezno parecía algo desconcertado, quieto y en shock, mientras Sarah trataba de conseguir alguna señal por su parte para saber si estaba bien o no, animándolo después a abandonar el lugar, consciente de que cualquier coche podría arrollarlo y deseosa de que siguiese el rastro que lo llevase hasta su madre. Las imágenes del heroico gesto de la fotógrafa acumulan más de 1,5 millones de 'me gusta' en la red social y 16.000 comentarios:

Sarah Lindgren confesó a la CNN que cree que el oso "no hubiese sobrevivido un día más sin ayuda", indicando que "estaba muy débil y deshidratado", además de encontrarse al lado de una carretera y una pendiente empinada que termina en un arroyo. "Se habría ahogado cuando el bote se hubiese llenado de agua, lo habrían atropellado o se habría muerto por deshidratación al día siguiente", observó.

Los humanos, la mayor amenaza

Entre los comentarios que ha suscitado su gesta, algunos han cuestionado que Sarah se hubiese quedado un tiempo comprobando que el animal estaba bien porque podría haberse arriesgado a un ataque del osezno o de su madre, pero la mayoría le han agradecido su implicación para salvarle la vida. "En Pensilvania tenemos la Comisión de Caza, que fueron alertados posteriormente cuando recuperé la cobertura del móvil, pero tengo experiencia con la vida salvaje y el oso estaba en peligro inmediato", aclaró Lindgren a CNN.

El organismo estima que los osos negros suelen abandonar la madriguera a los tres meses y son destetados a los siete meses, estimando que unos 18.000 ejemplares viven en las tres cuartas partes del estado. Reconoce la Comisión que la mayor amenaza de las crías suele ser la intervención humana, puesto que no solo se enfrentan a los cazadores ilegales, sino también a los atropellos de vehículos y a otras "actividades molestas".

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