Quien tuviese a Sor Lucía por un adalid de la izquierda quizás se vea en la obligación de revisar sus tesis después de leer la bronca que le ha echado a Pablo Iglesias desde sus redes sociales. La monja dominica de origen argentino que lleva unos 30 años viviendo en nuestro país y es fan de Quim Torra y todo el espectro nacionalista ha puesto en su particular diana al vicepresidente segundo del Gobierno después de su entrevista el pasado domingo en Salvados.

Sor Lucía, que reside en el convento de Santa Clara de Manresa, en Barcelona, se ha tomado tan en serio su faceta de catalana de adopción que los que antaño fueron los suyos ahora ya no lo son. En esta ocasión, la religiosa ha arremetido contra Iglesias por algunas de las declaraciones que realizó para el programa de La Sexta, tildándolo de "traidor".

En concreto, la monja ha compartido un fragmento en el que el líder de Podemos afirma que se ha reunido con menos poderosos de los que cabría esperar, pero "siempre he estado dispuesto a hablar con cualquiera". Asegura que son "peores" de lo que imaginaba porque "ningún rico y ningún poderoso está dispuesto a aceptar una decisión si afecta a su riqueza o a su poder" y ahonda en la "presión" que ejercen, por ejemplo, las patronales inmobiliarias:

A Sor Lucía el discurso de Iglesias de poco o nada le ha valido porque considera que ahora él es "rico, poderoso y te cargas la democracia". Por eso, le dice que no le vaya con "milongas", le insulta directamente llamándolo "traidor del pueblo al que dices defender" y agrega que "no te cree nadie, ni tu socio Pedro Sánchez", ha escrito en Twitter:

Por si fuera poco, Sor Lucía compartía minutos antes otro fragmento en el que Iglesias reconocía que "la presión es enorme" en el Gobierno y que estar en el Ejecutivo no es "estar en el poder", y ella aprovechaba para llamarle farsante, mentiroso y afirmar que tiene ahora "una borrachera de poder":

La sorpresa ha sido generalizada por las críticas tan duras que la religiosa le estaba dedicando a Iglesias, pero también ha provocado una oleada de críticas hacia ella destacando aspectos como estos:

No obstante, la monja no se ha dado por aludida y ha seguido hurgando en la herida:

De hecho, aunque haya sorprendido su indignación con Iglesias, lo cierto es que empezó a ser muy crítica con él a raíz de la compra del chalé de Galapagar en 2018. Entre otras cosas, dijo entonces que el problema era "la incoherencia y la estafa: vendieron una idea, engañaron a los que siempre pierden y se enriquecieron con el discurso de 'los pobres'". Con la llegada de la pandemia el cabreo con él y con Sánchez fue en aumento y en mayo les llamaba a ambos "mentirosos compulsivos" y los acusaba de haber empobrecido a la población.

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