¿Nos harán la compra los más pequeños, aprovechando la relajación del estado de alarma para ellos? ¿Será tener perro la única manera de que les pueda dar el aire y el sol de verdad? ¿Por qué, si supermercados y farmacias parecen lugares 'de riesgo', no se añade a la lista de lugares permitidos "las urgencias de un hospital"? Mucha ironía y grandes dosis de incredulidad ante la decisión el Gobierno de permitir que los menores de 14 años puedan salir a la calle, al fin, aunque sea únicamente acompañados, por un breve espacio de tiempo, y a cuatro lugares contados.

Supermercados, farmacias y bancos. "Nada de paseos", "nada de parques", "nada de juegos". ¿Nada de nada? Las redes sociales han respondido, como suelen, con un encendido debate acerca de la bondad de una medida que, mayoritariamente, se percibe como algo insuficiente y lanzando al ciberespacio otra pregunta: "¿Tienen los perros más derechos que los niños?". Ahí lo dejan.

Está claro que lo que ha anunciado el Gobierno supone una rebaja considerable de expectativas respecto a lo que se esperaba. Y como una imagen vale más que mil palabras, este martes 21 de abril se ha recuperado una de las fotografías que mejor reflejan una situación así:

Desde el mundo de la política han surgido voces también afeando la resolución de la medida y asegurando que lo anunciado este martes tampoco supone una gran novedad respecto a lo que ya estaba permitido hasta ahora.

Alberto Núñez-Feijóo, presidente gallego, es uno de los que se manifiesta en contra e insta al Ejecutivo a "reconsiderar" su decisión:

El Vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, tampoco se mostró convencido con la idea y apuntó a que, de alguna manera, los paseos acaben necesariamente en un mercado, lo que supone "un error".

Gabriel Rufián, por ejemplo, centra en el lenguaje la explicación de la medida y propone franjas horarias para organizar salidas de verdad.

Si bien en cuanto a las visitas al banco no parecen haber reparado muchos, el detalle de ir a un supermercado, donde más movimiento hay estos días, donde más cosas hay por tocar y donde se supone que puede haber mayor riesgo de contagio, parece un problema añadido si se acude con niños, según los expertos y según el sentido común:

Por no decir que para los menores, tampoco un supermercado parece el lugar más divertido tras semanas de confinamiento. Hay quienes se imaginan la escena que puede sobrevenir con esta medida con más temor que otra cosa:

Dicho de otro modo, y como señala otro usuario de Twitter, la lógica tras la decisión parece como escuchada en una reunión familiar:

Y es que, ya se sabe, los más pequeños a veces resultan difícilmente controlables, más cuando uno va buscando los artículos de su cesta:

Pero tomándose las cosas más en serio, la medida plantea una serie de problemas colaterales relativos a la desinfección, la limpieza... 

Decíamos que respecto a los de los bancos no había tantas reacciones, pero no por ello ha caído en saco roto: