Si hay algo que está generando una sensación de hartazgo generalizado en esta crisis es la desinformación con la que tenemos que lidiar a diario. Los bulos y noticias falsas que circulan a sus anchas de teléfono en teléfono infunden en la sociedad la idea de que todo el mundo está mintiendo y nadie nos dice la verdad. Un sentimiento de inseguridad y vulnerabilidad que por muchas medidas que se tomen parece que, lejos de disminuir, se acentúa.

En estas semanas la mayoría de las desinformaciones se instrumentalizan por parte de una u otra corriente política para deslegitimar al adversario, pero también han valido para generar situaciones caóticas en segmentos de nuestra Sanidad por si fuera poco la que les está cayendo. En ambos casos, este tipo de bulos que han corrido como la pólvora son especialmente peligrosos, pero el que nos ocupa hoy se lleva la palma al más ridículo.

El protagonista es el diputado de ERC, Gabriel Rufián, y la trama digna la peor serie de intrigas políticas. Empecemos por el principio de la historia: el político comparte el lunes un tuit con un vídeo de su intervención en el Congreso en el que apelaba a regularizar a las personas sin papeles. No se centren en el contenido porque poco o nada tiene que ver con lo pasó a continuación. Quédense con que un tuitero llamado Marc Fradera respondió al mensaje aplaudiendo sus palabras. 

Una acusación viral

Hasta ahí todo normal. Sin embargo, la cosa empezaba a oler un poco rara cuando Marc Fradera se contestaba a sí mismo al minuto escribiendo: "Gracias Marc. Seguimos luchando, representamos a millones de votantes". Y es que, claro, algunos pensaron que Rufián estaba detrás de esa otra cuenta de Twitter y se había olvidado de volver a su perfil oficial para responderse:

Esta teoría sobre la supuesta "cuenta B" de Rufián fue cobrando fuerza a golpe de retuit e, incluso, fue compartida por el eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch. Sin embargo, parafraseando a Esperanza Aguirre, en esta ocasión el bulo tuvo las "patas cortas" y la solución estaba en la propia captura de pantalla que se estaba haciendo viral. 

La imagen muestra en los dos tuits de Marc Fradera el botón de actividad de tuit, una función que solo puedes ver si el propietario de la cuenta eres tú mismo. O sea, que tuvo que ser el propio Fradera el que hizo la captura para difundirla y no tendría sentido que Rufián se montase todo esto para dejarse a él mismo en evidencia.

De hecho, el diputado lo explicaba desde su cuenta (la única oficial de la que tenemos constancia) incidiendo en que la captura "solo se puede hacer desde dentro de la propia cuenta" y advirtiendo de que Fradera "lleva años retuiteando y fomentando vuestras historias":

El propio Fradera también ha explicado que sus comentarios a Rufián habían sido una "ironía que algunos han malinterpretado":

No obstante, aunque el desmentido por ambas partes está claro, todavía podemos leer cosas como estas en la red social:

Y es que parece que las patas de los bulos, aunque a veces sean cortas, son bastante pegajosas.

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