Un hombre masturbándose no es lo que puedes esperar encontrarte en un escaparate de Ikea, pero eso es lo que se encontraron los hongkoneses que paseaban este martes por uno de los centros comerciales de la ciudad. Desconocemos si ese gran tornillo tiene algún nombre vikingo.

Pero por si el hecho de que un señor sin ropa estuviera demostrando todo su amor propio en una pantalla en un espacio en el que había niños -más de los habituales, ya que era un día festivo-, todo se volvió todavía más delirante cuando una empleada trató de tapar las imágenes con una toalla que era demasiado pequeña.

Según varios testigos, el vídeo estuvo en la pantalla durante varios minutos antes de que los empleados se dieran cuenta de lo que estaba ocurriendo. Tras el fiasco de la toalla, decidieron hacer lo que debían haber hecho desde el principio: desenchufar la pantalla. Muerto el perro, muerta la rabia.

Se desconoce el motivo de esta aparición, ya que las otras 25 pantallas del local del Causeway Bay funcionaban con normalidad, esto es mostrando productos de la compañía sueca. La teoría es que es obra de algún bromista que consiguió, de alguna forma, acceder al sistema informático. Un portavoz de la compañía aseguró a Metro que la compañía siente mucho lo ocurrido y que los hechos se encuentran bajo investigación.