Cualquier que viva o trate con gatos sabe que una de las cosas que más les fascinan es jugar con una caja de cartón. Da igual la cantidad de artilugios que le hayas comprado para que pase el día, en cuanto llega una caja no hay nada que hacer. Pues a Baloo, el protagonista de esta historia, también le pasa lo mismo. Lo que ocurre es que, en su caso, su juego le ha valido un periplo de más de mil kilómetros.

Este gato, que vive en Nueva Escocia (Canadá), terminó en Montreal después de 17 horas de viaje. El minino no pudo resistir la tentación de meterse en una de las cajas que estaba cargando en su hogar la empresa de transportes Purolator y recorrió 700 millas (algo más de 1.120 kilómetros) por las carreteras canadienses mientras su familia le echaba de menos.

Su dueña, Jacqueline Lake, relató la experiencia a CTV: "Golpeamos puerta a puerta, buscamos en el bosque, buscamos debajo de las cubiertas, en los garajes, debajo de los escalones... se había ido", dijo. Lo que no esperaba es que lo hubiese hecho dentro del camión de reparto. Fue el conductor el que descubrió a Baloo cuando encontró un pis suyo en el vehículo.

Asegura el mismo medio que desde que descubrieron al gato, la empresa lo llevó a una protectora que fue la encargaada de encontrar a sus dueños gracias al código de seguimiento del paquete. "Nos preguntaron si podíamos llevarles el gato y dijimos que sí. Nuestros veterinarios lo revisaron y le cuidamos", apunta Anita Kapuscinska, de la SPCA de Montreal.

"Su dueña se quedó tranquila cuando supo que estaba con nosotros. Había puesto carteles en todas partes y lo había compartido en las redes sociales". Baloo ya está de nuevo en casa después de su improvisado viaje por el mundo adelante.