Unas levitan, otras son gigantes, otras tienen 'macroondas' en los ojos y otras levantan pesos increíbles. Estos son algunos superpoderes de las abuelas gallegas a las que retrata en murales de grandes dimensiones el artista Joseba Muruzábal (Cambre, A Coruña, 34 años). Su serie pictórica Fenómenos del rural está plagando los muros de Galicia de señoras empoderadas de gran formato que no dejan a nadie indiferente. 

Pinturas hiperrealistas en su ejecución, pero con un concepto metafórico para abordar la importancia de la mujer en una sociedad tan matriarcal como la gallega. Las gallegas, sobre todo aquellas que viven o han vivido en las zonas rurales, históricamente han tenido que hacerse cargo de la familia en una tierra de emigrantes, marineros y hombres mucho menos longevos que ellas. No en vano, cuatro de cada cinco personas centenarias en Galicia son mujeres. 

Trabajar en el campo, hacerse cargo del ganado, de las chapuzas domésticas, de la limpieza de la casa y de la economía familiar sin descuidar, por supuesto, la crianza de sus hijos y nietos. La mayoría, además, sigue realizando sus tareas diarias prácticamente toda la vida aunque hayan pasado de los 90. Esto es ser una heroína y no las de los cómics de Marvel. 

Famosas en el pueblo

Muruzábal comenta a EL ESPAÑOL que las mujeres que ha retratado suelen tomárselo con humor. "Ellas se ríen, disfrutan porque no son conscientes de lo poderosas que son. Llevan haciendo lo mismo toda la vida y no se dan cuenta a no ser que se lo reconozcan de una forma especial, como en este caso pintando", explica.

Así que a estas superheroínas "les hace gracia verse en los muros, son famosas en sus pueblos y están muy contentas. También hay que decir que no todas las mujeres del rural están dispuestas a posar, las que he retratado son dicharacheras y se prestan a ello". 

Muruzábal comenzó a pintar con 14 años sus primeros grafitis. "Cuando terminé el instituto fue mi madre la que me animó a hacer Bellas Artes porque veía que pintar era lo único que me motivaba". Los primeros en posar para sus series realistas fueron sus propios amigos con sus perros hasta que en 2013 surgió un encargo inesperado.

"Las abuelas jedi"

"Me llamaron para decorar una hamburguesería móvil y pinté a un Yoda haciendo levitar unas patatas fritas. Justo después me contactaron desde la Fiesta del Cocido de Lalín [una famosa cita gastronómica que se celebra en ese municipio pontevedrés] y tenía que realizar un cuadro ajustado a la temática, así que pinté a una señora del rural gallego haciendo levitar una patata cocida y ahí surgió la idea de las mujeres jedi, las mujeres con superpoderes".

Además de Star WarsMuruzábal también encuentra la inspiración en la mítica serie de anime Dragon Ball. "En uno de mis primeros murales usé a mi madre y a mi tía, las enfrenté y las puse a hacer la 'onda vital'", sostiene, añadiendo que ahora "busco que cada mujer que pinto sea real y tenga poderes de verdad".

Antes de los grandes murales que le han hecho saltar a la fama -repartidos en lugares como Santiago de Compostela, Ordes, As Pontes, Muxía, Cambre, Sigüeiro o Carballo-, el artista había retratado a algunas heroínas en lienzos de menor tamaño que conforma una exposición itinerante bajo el mismo título de Fenómenos del rural. Un homenaje a la mujer rural gallega que ahora mismo puede visitarse en el centro cultural Torrente Ballester de Ferrol (A Coruña) dentro del Festival de Artes Escénicas Fóra do Mapa

Muruzábal posando junto a uno de sus cuadros en la inauguración de su muestra en Ferrol Fóra do Mapa

"Además de poder verse algunos de mis retratos, en la sala proyecto un documental en el que se ve el proceso de elaboración de mis murales y se conoce a las mujeres reales que los protagonizan. Es la esencia de mi proyecto: yo pintando en pueblos y esas mismas señoras al lado trabajando en el campo", explica Muruzábal, que tarda entre 7 y 10 días en concluir sus obras: "depende del tipo de pared, el tiempo que haga". 

En su Instagram podemos ver algunas de las obras y también a sus protagonistas de carne y hueso. Las auténticas heroínas gallegas: