Si hay algo que puede llegar a unir a todo el mundo -gente de izquierdas y de derechas, del Madrid y del Barça o gente a los que les gusta la horchata y a los que no- es el amor incondicional por el chocolate. Y es que si no te gusta el chocolate, sencillamente no eres humano. Y una de las encarnaciones del chocolate que más amor atrae es Nutella.

Esa deliciosa y cremosa masa de chocolate es una de las pocas cosas buenas que salió de la II Guerra Mundial. Debido al conflicto, se vivió una gran escasez de varios productos, entre ellos el chocolate. Así que Pietro Ferrero tuvo que echarle imaginación para poder vender algo, así que añadió avellanas y lo que tenía a mano para dar consistencia a su producto. Y así le salió este manjar de dioses.

Pues ahora eres tú quien puede vivir gracias a Nutella, y nada de un puesto aburrido en administración o cosas así. Podrás hacerlo como mejor sabes: comiendo chocolate sin parar.

Ellos lo llaman "jueces sensoriales"; nosotros, inflarse a chocolate

En concreto, la compañía busca 60 "jueces sensoriales" y ofrece un curso formativo de tres meses para educar "el gusto y el olfato" -aunque no sé vosotros, yo en lo de inflarme a Nutella tengo amplia experiencia- además de aprender a explicar correctamente sus sensaciones. Para rematarlo, también ofrece un indefinido "salario competitivo", aunque si trabajas comiendo chocolate, no sé para qué se necesita un salario.

Una vez terminado el curso, que comienza el 30 de septiembre, los candidatos que idóneos serán contratados con un contrato que promete un de Nutella suministro a largo plazo. Eso sí, tendrás que estar dispuesto a trasladarte a Alba, la localidad en la que se encuentra el laboratorio de Nutella, en la región italiana de Piemonte, donde vivirás a poco más de una hora en coche de Turín.

Si te animas a mandar un currículum, lo puedes hacer desde aquí. Buena suerte.