Los influencers se han convertido en un elemento fundamental para las marcas que quieren llegar a determinados públicos. Con la televisión reuniendo audiencias cada vez más pequeñas el esfuerzo publicitario se ha trasladado a las redes sociales, donde algunos usuarios con un porronazo de seguidores se han convertido en los nuevos reyes Midas.

El perfil del influencer es, por lo general, el de una persona joven, en muchos casos jovencísimos, algo que en muchas ocasiones puede poner en aprietos a los publicistas que tratan de contratarlos. Por ejemplo, este caso en el que @marasfero necesitaba llegar a un público de entre 11 y 15 años, por lo que contactaron con un chico de apenas 12 años. 

Lo que descubrió pone los pelos de punta:

Finalmente todo acabó bien. Decidieron no trabajar con el chaval y no perdieron el cliente: